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Valencia carece de plan concreto para el espacio del teatro Princesa

El Ayuntamiento declara la ruina de los edificios quemados y apuntala otro

Demolición de los restos carbonizados y vallado de los solares. Estos son los objetivos inmediatos del Ayuntamiento de Valencia tras el incendio que arrasó en la madrugada del viernes pasado el antiguo teatro Princesa y una finca de la calle de Murillo de la que partió el fuego. Pero el futuro de este espacio urbano, pendiente de expropiación para crear un servicio público que aprovechara el edificio del teatro y un jardín, sigue marcado por la incertidumbre. No hay proyecto de recuperación de la manzana a corto plazo, ya que el Consistorio que dirige Rita Barberá mantiene la idea de intentar comprar las propiedades afectadas para evitar un proceso de expropiación que prevé largo y costoso. Una operación prevista al menos desde septiembre de 2004, cuando el gobierno local del PP aprobó el planeamiento de la zona delimitada por las calles de Quart, Murillo y Palomar.

Los propietarios tendrán 72 horas para iniciar la demolición

Fuentes municipales reiteraron ayer que se intentará negociar con los propietarios. O sea que no habrá novedades de momento, salvo el hecho de que los inmuebles afectados han sido declarados en ruina y los restos que siguen en pie deberán ser demolidos. El informe final del teatro Princesa "se está ultimando", explicaron ayer fuentes municipales, pero ya está claro que el viejo centro cultural no escapará a la piqueta. En el número 6 de la calle de Murillo, donde comenzó el incendio, los forjados "están hundidos" y las vigas "totalmente calcinadas", según constatan los informes periciales. En cuanto se notifique la ruina a los propietarios, estos tendrán 72 horas para iniciar la demolición controlada. En caso contrario, se hará cargo el Ayuntamiento y pasará la factura.

La Policía Judicial aún no ha podido determinar la causa del incendio, ya que por motivos de seguridad los investigadores no han podido acceder al interior del primer edificio afectado. En el caso del teatro Princesa, solo ha sido posible una primera inspección ocular.

Vecinos del número 8 de la calle de Murillo explican que la noche del siniestro, poco antes de que se diera la alarma, oyeron fuertes ruidos en el inmueble pegado al suyo, donde se inició el fuego. "Llevamos años denunciando la situación y los escándalos por la gente que entra" en la finca abandonada, criticaba ayer Maika Arroyo, de 31 años. Ella y su familia, aún con el susto en el cuerpo, tuvieron que dejar su casa el sábado, apagado ya el incendio. Notaban calor en su piso y al comentarlo con los bomberos, estos inspeccionaron el bajo de la finca, un local municipal cerrado. "Había un foco de brasas que no habían detectado y se estaba comiendo las vigas", asegura Maika. El bajo de la finca fue apuntalado ayer y hoy seguirán las obras para asegurar la estructura.

La rehabilitación del teatro Princesa para crear un nuevo espacio sociocultural ligado a las artes escénicas ha sido objeto de varias mociones de los socialistas al pleno municipal. Ahora ya sólo es posible un nuevo edificio, cuya construcción no tiene fecha.

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