La pesadilla de Carla y Raquel

Minutos después de que se les administrara la vacuna del papiloma, hace casi un mes, la vida de Raquel y Carla dio un vuelco. Dejó de ser la normal de unas escolares de 15 y 14 años para convertirse en un carrusel de entradas y salidas de la unidad de cuidados intensivos del hospital Clínico de Valencia que trae de cabeza a las autoridades sanitarias. Este fin de semana, tras pasar unas horas en planta, las dos chicas volvieron a la UCI. Se trata del cuarto ingreso en intensivos de Carla y el tercero de Raquel. "Y lo peor es que no se ve el final a todo esto", comenta uno de los familiares de esta última.

A pesar de la batería de pruebas de todo tipo a las que han sometido a las dos chicas, los pediatras, neurólogos e intensivistas del Clínico no han detectado ninguna patología previa o alteración que explique la reacción de las adolescentes, apuntan desde la Consejería de Sanidad. Los diagnósticos con resonancia magnética, TAC, encefalogramas, estudios toxicológicos y neurológicos no han aportado evidencias de enfermedades que pudieran haber activado las convulsiones que sufren las pacientes.

Tampoco hay datos que relacionen los síntomas con el lote NH52670 de la vacuna de la marca Gardasil que se administró a ambas, más allá de la relación temporal. Y es que comenzaron a sentirse mal instantes después de de recibir la inyección con la segunda de las tres dosis de la vacuna.

Además, aunque el lote implicado se retiró por precaución, la Agencia Europea del Medicamento cree "muy improbable" cualquier vinculación y ha avalado la vacunación contra el papiloma, un patógeno que causa cáncer de cérvix.

En medio de toda esta confusión, hay, por encima de todo, dos grandes preguntas para las que nadie tiene respuesta. Por qué de las miles de niñas a las que se inoculó una dosis del mismo lote sólo Raquel y Carla han sufrido episodios repetidos de convulsiones. Y -la segunda- qué tratamiento hay que administrar a las dos pacientes para cortar con los episodios de agitaciones que sufren repetidamente desde que se les inyectó la vacuna.

Es cierto que la Agencia Española del Medicamento (AEM) ha detectado otras tres reacciones graves a la vacuna, aunque ninguna de ellas ha necesitado hospitalización. Y también es verdad que, tras varios cambios en la medicación anticonvulsiva, los ataques que sufren las pacientes "son cada vez más leves y sin repetición", como señalan desde la Consejería de Sanidad. Además la AEM ha recurrido a dos neurólogos de su red de expertos para tratar de arrojar luz a este rompecabezas y el Ministerio de Sanidad mantiene "reuniones diarias" sobre esta cuestión, como apuntan fuentes del departamento que dirige Bernat Soria.

Cuadro clínico

Pese a todo ello, los familiares insistieron ayer en la relación de causalidad de la vacuna con el estado de salud que sufren sus hijas. "La vinculación entre la vacunación y la aparición del mismo cuadro clínico es tan evidente que su negación solo se entiende si existen intereses difícilmente justificables", apuntaron en un comunicado. Además hicieron un llamamiento "a la comunidad científica nacional e internacional" para que aporte cualquier "información que pueda influir" en el tratamiento.

Las familias de las chicas anunciaron también que se están planteando "seriamente" la posibilidad de presentar una denuncia por la situación en la que se encuentran las dos adolescentes. Ambas partes se han puesto de acuerdo para actuar "conjuntamente", según indicó un familiar de una de las chicas afectadas, dado que no hay "diferencias" en el estado de las dos niñas.

Al margen de esta posible denuncia, cuyo objeto y destinatario esta aún por determinar, en el escrito destacan que las dos chicas están recibiendo una calidad asistencial en el hospital Clínico "magnifica", con una gran "dedicación profesional" de todo el personal que les está tratando y que está haciendo "todo lo que está en su mano" para curarlas.