Valencia cierra su cicatriz ferroviaria

Unos operarios trasladan y apilan antiguos cambios de agujas, señales de cruce en desuso o trozos de vía recién arrancados. Decenas de elementos protegidos e inventariados -también varios edificios- abandonarán su lugar con el desmantelamiento del mar de vías de la Estació del Nord. El casco urbano de Valencia cierra la cicatriz ferroviaria que lo ha partido en dos desde hace más de un siglo.

Es una de las intervenciones más ambiciosas en el casco urbano y que más se ha hecho esperar (la operación se diseñó en los años 80), y se abre paso con la premura a la que obliga el calendario y los compromisos políticos. Para los responsables de la sociedad gestora del proyecto, Valencia Parque Central, ésta será la cuarta gran transformación ferroviaria desde la llegada del tren a Valencia en 1852. Desde el punto de vista urbano es una de las intervenciones más relevantes en la ciudad, tras la conversión del cauce del Turia en un gran río verde o la Ciudad de las Artes y las Ciencias, que ha cambiado el skyline de una parte de la ciudad. Pero antes de que las 23 hectáreas del Parque Central emerjan será necesario que los trenes que hoy llegan al centro de la capital se sumerjan bajo tierra. "La gente pregunta pero, ¿cuándo empiezan las obras del Parque Central? Bueno, estas obras son ya del Parque Central, porque si no liberamos el suelo del tráfico ferroviario no será posible el parque urbano", indican los promotores.

Las obras de entrada de la alta velocidad en la ciudad avanzan a buen ritmo desde que el Gobierno las autorizara en marzo de 2007. A pocos metros de los andenes de la Estació del Nord, a la derecha del mar de vías, se han apilado tramos de vía con traviesas de hormigón pretensado e incluso de madera, muy apreciadas para reforzar los cruces ferroviarios.

Las excavadoras trabajan en la descontaminación de una tierra impregnada a fuerza de años del fuel empleado por los trenes. Hasta hace unos meses ahí estaba el Centro de Mantenimiento de los trenes, trasladado hoy a la Font de Sant Lluís, cerca del nuevo hospital La Fe.

Parece un inmenso solar. Junto a lo que hoy es el Edificio de Correos en la calle de San Vicente está proyectada la estación provisional, donde el AVE llegará en superficie en algún momento de 2010. El cubo acristalado del arquitecto César Portela que será la nueva estación central y el canal de acceso subterráneo no estarán listos hasta mucho después. El edificio provisional, ya en obras, estará encarado con la calle del Maestro Sosa y absorberá el aparcamiento de Correos, que con edificio y todo acabará engullido por una zona verde cuando se ejecute todo el ordenamiento del Parque Central. El túnel que conecta las Grandes Vías y el puente de Giorgeta desaparecerán y los vehículos circularán a ras de tierra. Por debajo los trenes entrarán y saldrán de la estación sin perturbar el ritmo de la ciudad.

A pocos kilómetros, entre los barrios de Sant Marcel.lí y Camí Reial, se lleva a cabo otra obra crucial para la reordenación ferroviaria de la capital. El nudo sur, tramo en el que las líneas de ferrocarril del AVE, mercancías y las variantes de Llíria-Utiel y Xàtiva-Valencia inician el soterramiento. "Se llama así porque en poco espacio (apenas 1,7 kilómetros) confluyen todas las líneas y se concentra mucha inversión", explica un técnico de la sociedad gestora, de la que forman parte el Ministerio de Fomento a través de Adif y Renfe, la Generalitat y el Ayuntamiento.

Una pérgola o salto de carnero de 142 metros (ya acabada) permitirá el paso a diferente nivel de las líneas de alta velocidad y las de Utiel. A su paso por el Bulevar Sur, todas las líneas estarán enterradas.