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Sánchez-Camacho respalda al concejal de tesis xenófobas

"Aquí no cabemos todos", asegura la presidenta del PP catalán

Barack Hussein Obama tiene espacio, y mucho, en el discurso de Alicia Sánchez-Camacho. La presidenta del "nuevo PP de Cataluña", de "centro moderado", según sus palabras, volvió a evocar ayer al presidente de EE UU para subrayar la importancia de recuperar la ilusión en pleno "drama" de la crisis y se presentó como la encarnación de esa ilusión, de la que carece el Gobierno tripartito. Los inmigrantes no salieron tan bien parados: "aquí no cabemos todos", advirtió Sánchez-Camacho.

No se refería al padre (keniano) de quien ocupa desde el mes pasado la Casa Blanca, sino a los inmigrantes llegados a Cataluña. "Los 'papeles para todos' no sirven", dijo Sánchez-Camacho, que recordó que ella siempre ha defendido "una inmigración legal y regulada". "Si en una casa viven 10 personas y llegan 100, no estarán bien ni las primeras 10 ni las otras 100", afirmó, y con este símil quiso defender su postura, por la que la han llamado xenófoba y racista, aseguró.

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Sánchez-Camacho habló de inmigración en el foro Nueva Economía para defender al líder de su partido en Badalona, Xavier García Albiol, a quien SOS Racismo e Iniciativa per Catalunya también han calificado de "racista" y "xenófobo". No por sus posturas sobre inmigración, sino por sus opiniones sobre integración: el edil badalonés se opone a la apertura de un oratorio musulmán porque teme que eso cree un "gueto" con el árabe como "lengua predominante", algo negativo para Albiol.

Lo dijo ante un auditorio en el que se encontraba el propio García Albiol, que ya atizó la polémica con un vídeo que relacionaba inmigración e inseguridad ciudadana en las últimas elecciones municipales, las de 2007, en las que se quedó a dos concejales de igualar al PSC, que gobierna en Badalona. Sánchez-Camacho reclamó a los inmigrantes "respeto" hacia lo que definió como "nuestros derechos y nuestros principios". También "ellos" deben gozar de derechos, concedió, pero deberían aceptar "obligaciones", remató.

Pese a todo, la presidenta del PP catalán evocó varias veces a lo largo de su intervención el eslogan Cataluña, país de acogida. Entonces no hablaba de inmigrantes, sino que defendía su identidad, tan catalana como "profundamente española, y orgullosa de ello". Su "nuevo PP" "ya no aceptará más reclamaciones ni más críticas" de los nacionalistas en este terreno identitario, advirtió. Y no sólo se proclamó deudora de Obama, sino también de un catalanismo que, en el siglo XIX y con la Lliga al frente, hizo que el país liderase la modernización de España. Propuso un pacto consensuado entre los partidos catalanes para volver a desempeñar ese papel.

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