La alergia de Il Cavaliere a las cartas
Beppino Englaro afirmó ayer, en la entrevista publicada en este diario, que le parecía "curioso" que Berlusconi se haya interesado precisamente ahora por el caso que afecta a su hija, ya que, en 2004, siendo presidente del Consejo de Ministros, le escribió una carta pidiéndole ayuda pero Il Cavaliere no contestó.
Todas las webs italianas resaltaron ayer este hecho, y a media tarde, Palazzo Chigi, sede de la presidencia del Gobierno, emitió un comunicado en el que afirma que no "consta haber recibido" una carta de Englaro en 2004. Sin aclarar nada, la nota deja por mentiroso al padre de Eluana.
Pero la carta existe. Este diario tiene una fotocopia de ella desde hace tres meses. Fue entregada en mano por Beppino Englaro, junto con un montón de documentos, el 13 de noviembre pasado, en la oficina milanesa de su abogado, Vittorio Angiolini, solo unas horas antes de que el Tribunal Supremo refrendara la autorización de desconectar a Eluana.
La misiva está fechada en Lecco el 4 de marzo de 2004, lleva la firma (no manuscrita) de los padres de Eluana, Saturna Minuti y Beppino Englaro, y va dirigida al presidente de la República, Carlo Azeglio Ciampi; el primer ministro, Silvio Berlusconi; el presidente del Senado, Marcello Pera; el de la Cámara, Pier Ferdinando Cassini; el ministro de Sanidad, Girolamo Sirchia, y el presidente de la Orden de Médicos, Giuseppe del Barone. En dos folios, los Englaro narraban con toda precisión la historia de Eluana, su accidente, el 18 de enero de 1992, la imposición de reanimarla de los médicos, su carácter libre y jovial. Al final explicaban que habían recurrido a los tribunales para respetar su voluntad. Según Englaro, obtuvo respuesta de los presidentes de la República y del Senado: "Quizá en el Palazzo Chigi la perdieron. Es posible. Yo guardo en casa los recibos del correo. No puedo decir más que eso".
La alergia de Berlusconi a las cartas que hablan sobre este asunto es patente; el viernes calificó de "ridícula" e "innovadora" la misiva que le envió el jefe del Estado para justificar la inconstitucionalidad del decreto que quería aprobar, y señaló además que el Quirinal la había enviado "al Consejo de Ministros". Según demostró luego el Quirinal, fue enviada al primer ministro de forma privada, antes de que se reuniera el consejo.
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