La mítica vuelta al pantano para aparcar el estrés

Todo lo relacionado con Igor González de Galdeano (Vitoria, 1973) despide el olor de la bicicleta. El actual director del equipo ciclista Euskaltel tiene muy claro que morirá "con el culote y el maillot puestos". Y eso a pesar de que ahora ya no corre, sino que ejerce en los despachos y, en carrera, desde el coche, dirigiendo la estrategia del equipo. "Me he convertido en un multiusos".

Se trata, según dice, de una transición necesaria más que natural. "Euskaltel me dio la primera oportunidad como profesional y ahora también como director". En su persona se aglutina la tarea de los fichajes y de mandar en carretera. "Miguel Madariaga me ha dado mucha libertad".

De mediados de otoño hasta el comienzo del invierno es el único momento en el que Galdeano puede disfrutar con más intensidad de la paz del hogar, de su mujer y de sus hijas, de dos y cinco años. Por eso, su día preferido es aquel en el que las niñas no tienen ikastola y se pueden levantar tarde, como sucede en los sábados y domingos. "Un fin de semana fuera del ajetreo ciclista me dedico a las niñas. Mi ideal es el sábado. Que no llueva, que sea un día fresquito y con sol, que nos permita salir a toda la familia a dar una vuelta en bicicleta, circunvalar la ciudad por los bidegorris y visitar todos los parques de columpios modernos que hay en Vitoria".

Eso es por la mañana. Por la tarde, merienda en la sociedad gastronómica que tiene en el Casco Viejo con sus amigos, casi todos relacionados con el ciclismo. "La sociedad es un centro de reunión vital. El tiempo no suele acompañar en invierno, que es cuando tengo más días libres, y por eso aprovechamos a juntarnos con los hijos, con las parejas o solos todos los fines de semana. El culote y el maillot te siguen por cualquier sitio que vayas. Por eso, mis amistades también están relacionadas con ese mundillo".

Los momentos de ocio, van ligados indefectiblemente a sus hijas. Lo bueno de este trabajo, asegura, es que cuando estás en casa "estás las 24 horas". "Y lo malo, es que cuando no estás, desapareces completamente. No hay término medio". Pero, debido a sus responsabilidades, profesionales, no siempre está del todo libre en casa, sino que se ve enganchado al teléfono. En esos momentos de estrés es cuando echa mano de la bicicleta para completar la mítica vuelta al pantano, un recorrido de alrededor de 40 kilómetros que ningún vitoriano con gusto por la bici ha dejado de hacer. "Me relaja. Cuando necesito pensar en soledad, la vuelta del pantano me permite desconectar. Dejar la mente tranquila y volver a pensar de una forma más fresca. Son 40 kilómetros de recorrido alegre que te permiten romper a sudar".

Para 2009, se daría con un canto en los dientes si su equipo consigue mantener el nivel de este año. "Podemos ganar la Vuelta al País Vasco, se puede subir al podio en una de las tres grandes y ganar una etapa en el Tour". Igor Antón y Samuel Sánchez son las apuestas. "Al final, la carretera pone a cada uno en su sitio. Siempre es mejor tener dos opciones, pero en un equipo como el nuestro resulta complicado disponer de unos cuantos líderes". Las posibilidades de fichar son escasas porque hay que remitirse a la cantera vasca. Y eso hace que el potencial sea menor, pero "ahora el equipo resulta competitivo".

Sobre el dopaje, lamenta el lastre en que se ha convertido para el ciclismo. "Se ha puesto el foco sobre nuestro deporte y por eso se amplifican los casos".