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Reportaje:

La burocracia empantana el urbanismo

Decenas de PAI en Valencia se atascan en la tramitación y acaban como solares

Sara Velert

Un paseo por el centro histórico de Valencia cámara en mano llena un álbum de bellas imágenes de monumentos y rincones con encanto. Y parte de otro con instantáneas de solares invadidos por las malas hierbas y basuras de las que escapa un hedor que apenas contienen las tapias que los rodean. Son parcelas por edificar fáciles de identificar, sus muros son el lienzo ideal de los grafiteros. Salpican el casco urbano desde hace años, en algún caso décadas. Son los PAI (planes de actuación integrada) empantanados de Valencia. Una cincuentena que no acaba de salir adelante, según el PSPV-PSOE; muchos menos, en torno a 30, según el gobierno del PP.

Mientras se han despachado PAI con miles de pisos a buen ritmo, proyectos de menor tamaño, a veces de cirugía urbana, han quedado atrapados en el laberinto administrativo o en el olvido. No se cumplen los tiempos para adjudicar y reparcelar unidades urbanísticas con viviendas y dotaciones. A escasos metros de la plaza de Tetuán, detrás de la sede de Bancaja, el paisaje parece de posguerra. Un grupo de solares rodeados de edificios con las medianeras al aire espera una intervención desde 1992, cuando se aprobó el plan de reforma interior de la Seu-Xerea. Una década después se modificó el plan de esta unidad de actuación de las calles del Conde de Montornés y del Poeta Liern, pero no se puso ni un ladrillo a pesar de permitir el Ayuntamiento mayor edificabilidad. El Consistorio afirma que ha iniciado ahora el proceso para fijar las bases del concurso de la unidad.

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La crisis pesará como una losa sobre este y otros PAI, que parecen abocados a seguir estancados mucho tiempo. A la vuelta de la esquina de la plaza del Temple hay otro ejemplo. El PAI de la calle de la Espada, también del plan de la Seu-Xerea, llegó a presentarse en 2003, pero al final caducó. Se comenzó a tramitar de nuevo en 2005, y aún está pendiente de un informe de la Consejería de Cultura que determine el destino de un refugio de la Guerra Civil que está en medio de uno de los solares.

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También hay un caso junto al Mercado Central. El terreno está pegado a la plaza de la Mercé. Adjudicado el PAI en 2004, la reparcelación no salió adelante hasta hace un año. De momento, en el gran solar solo se ha movido la tierra para unas excavaciones arqueológicas. Otros dos PAI que no salen del cajón son los de la calle de Llíria, con unas antiguas naves industriales y pendiente de estudio, y el de la muralla árabe, que supuso en 2004 un esfuerzo de concertación de vecinos, Ayuntamiento y Consell que se ha visto defraudado por la inactividad de las administraciones.

Junto a estos PAI salpican el centro histórico numerosos terrenos menores que están tapiados desde hace años. Una parte los recoge el reciente catálogo de fotografías de la Asociación de Vecinos del Barrio del Carmen, para la que el corazón de la ciudad "merece un mejor trato". Otros barrios también conviven con planes paralizados, como el que denunció el Grupo Socialista en torno a la calle de Guillem de Anglesola, cerca de la avenida del Puerto, donde en 1999 se comenzó a trabajar por iniciativa pública hasta que una empresa presentó un PAI que sigue pendiente.

El concejal socialista Vicente González Móstoles calcula que una treintena de PAI urbanos están así pendientes de reparcelación y otros 20 no tienen licencia para empezar. Con la ley en la mano, en dos años debería tramitarse un plan, "pero lo más frecuente es que tarden seis". Hay excepciones, "como el de Mestalla", que se aprobó en tiempo récord. "Falta liderazgo público en la gestión. La ciudad se mueve, pero su urbanismo no lo mueve nadie", critica el concejal, que pide que la empresa municipal Aumsa asuma estos PAI.

La concejalía de Urbanismo admite que unos 30 están parados, y espera sacarlos adelante con un estudio "pormenorizado" de las causas de retraso y de su viabilidad económica en el nuevo plan general. El asunto va para largo. El concejal Jorge Bellver destaca que "la tramitación administrativa es larga y compleja". Según sus datos, desde que se aprobó la LRAU en 1994 se han tramitado 64 PAI en suelo urbano y 42 reparcelaciones. Por el camino se han quedado otros muchos, a veces retrasados por errores de los propios promotores. La demora ha provocado más de una anulación o renuncia a ejecutar un plan. Es el caso de uno del entorno de la avenida de los Naranjos, presentado en 1999 con reserva para vivienda protegida y un jardín público. Tras una primera retirada del promotor se permitió la construcción de un tanatorio, y a pesar de que hubo nuevas ofertas en 2002, se ha dado licencia para un hotel. El PAI ya no está simplemente retrasado. Es inviable y ha desaparecido. Y con él un jardín público.

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Sobre la firma

Sara Velert
Redactora de Internacional. Trabaja en EL PAÍS desde 1993, donde ha pasado también por la sección de Última Hora y ha cubierto en Valencia la información municipal, de medio ambiente y tribunales. Es licenciada en Geografía e Historia y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS, de cuya escuela ha sido profesora de redacción.

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