Castro de Rei desagravia a su alcalde republicano
Darío Rivas, hijo del que fuera alcalde republicano de ayuntamiento lucense de Castro de Rei, Severino Rivas, regresará de su exilio de Ituzaingó, en el Gran Buenos Aires, con la "satisfacción" de que la figura de su padre, fusilado en 1936 durante la Guerra Civil, ha sido desagraviado. Una elección democrática había situado a Rivas como alcalde pero su mandato tan sólo duró de mayo a agosto de 1936. El 29 de octubre del mismo año murió fusilado en Portomarín.
"A él no le hubiera gustado morir como un traidor a la patria, porque siempre la defendió. Por eso peleé por el desagravio". Son palabras de su hijo Darío que tuvo que exiliarse en Argentina con tan sólo 9 años y que ahora, ya con 88, ha conseguido recuperar "del todo y sin rencor" la memoria de su padre.
Darío logró que los restos de su padre se convirtieran en la primera exhumación de un republicano gallego y descansan ahora en el cementerio de la pequeña parroquia de Loentia (Castro de Rei). Una sencilla lápida recuerda que a Severino Rivas lo "asesinaron" en Portomarín y que "volvió a casa para descansar" el 19 de agosto de 2005.
Ya con anterioridad le habían dedicado una calle en la localidad de Castro Riberas de Lea, donde, desde ayer, otra placa, paralela a la que lleva su nombre, contribuye a la "recuperación moral" de este alcalde "por su vil ejecución". Su hijo Darío presentó ayer una autobiografía sobre sus vivencias en el exilio.
