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Las empresas tiran del contrato de relevo para aligerar cargas salariales

Aumenta un 12,1% hasta septiembre mientras la contratación general cae un 2,2%

Pedro Gorospe

Los contratos de relevo han vuelto a pegar un tirón. Las empresas han hecho que suban un 12,1% hasta septiembre, en una situación general de descenso de la contratación laboral (temporal e indefinida) en un 2,2%. La evolución hace posible prever que esta modalidad supere al final del año el récord de 2007, cuando se firmaron en Euskadi 4.789 contratos de relevo, el 14% de todos los que se sellaron en España, cuando los trabajadores vascos apenas representan el 5%. Los sindicatos no creen que la patronal haya optado, en un momento de crisis, por utilizar sistemas de reparto de trabajo, sino más bien sospechan que se trata de una estrategia preventiva para aligerar costes salariales e incluso, a medio plazo, amortizar puestos de trabajo. Confebask rechaza esa tesis y sostiene que se trata de un incremento similar al que se está produciendo en los últimos años y se debe a que en Euskadi ya existe una tradición en el uso de esa fórmula de contratación.

Confebask desliga el aumento de los contratos de la cuestión salarial

El contrato de relevo es una fórmula de trabajo a tiempo parcial que permite la jubilación anticipada y parcial a los asalariados mayores de 61 años. Además, es voluntario y debe ser acordado entre la empresa y el trabajador que reúna las condiciones para acogerse a esta modalidad de jubilación. De hecho, casi en 40% de quienes se jubilaron en 2007 lo hicieron por esta vía, según fuentes sindicales.

"Está claro que al empresario le sale más barato. El relevista debe ocupar el mismo puesto de trabajo que el relevado, pero puede tener una base de cotización de un 35% menos, y [la empresa] se ahorra salario, antigüedad y otros pluses", explica Eduardo García, responsable de Acción Sindical de CCOO. Además, a los cinco años, salvo en los casos en los que por convenio ese tipo de contratos son indefinidos, "el empresario puede amortizar el puesto de trabajo del relevado", aligerando la plantilla sin recurrir a expedientes de regulación.

Pilar Collantes, de UGT, sospecha que se puede estar utilizando el contrato de relevo como un recurso más contra la crisis. "Hay un tránsito de eventuales que acceden a ese tipo de contrato de relevo, pero de momento no creemos que sea un uso masivo", asegura.

Francisco Iglesias (Xinzo de Ponteareas, Pontevedra, 1962) trabaja ya como fijo en la planta de Sidenor en Vitoria. Pero primero estuvo dos años con contratos temporales, hasta que se cerró la acería. "Ya trabajaba en la empresa cuando entré con contrato de relevo y, después de dos años más de temporal, a principios de este año me hicieron un contrato indefinido", cuenta.

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Él, al igual que otro centenar de temporales, accedieron a la plantilla de la empresa por esa fórmula, es decir asumiento el 85% de la jornada de un prejubilado que mantenía el 15% de su tiempo de trabajo. El relevado tiene que trabajar el 25% del tiempo, tras la reforma pactada entre sindicatos y patronal. Debe haber cotizado al menos 30 años y recibe un 75% de su pensión hasta que se jubila definitivamente a los 65 años, momento a partir del cual la cobra íntegra.

El director de Relaciones Laborales de Confebask, Jon Bilbao, cree que el ritmo de crecimiento de los contratos de relevo no permite extraer ese tipo de conclusiones. "Está regulado por convenio en la mayoría de las ocasiones, y por lo tanto tiene un control adicional de los trabajadores", aduce.

El promotor del contrato de relevo en el País Vasco fue el socialista Ramón Jáuregui, en su época de vicelehendakari. En 1999, sindicatos y patronal lo pusieron en marcha y desde entonces en Euskadi se ha utilizado más que en el resto de España, aunque ahora crece fuera de la comunidad autónoma a un ritmo cinco puntos superior.

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Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

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