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Reportaje:

'Amal', cine árabe para tender puentes entre culturas

El festival abre su sexta edición convertido en referente internacional

Apenas seis años han bastado para convertir la idea de acercar la cultura europea y la árabe a través del cine en una de las iniciativas audiovisuales de más éxito en Galicia en los últimos tiempos. Aquello de que la bola de nieve va aumentando su tamaño mientras rueda por la montaña describe muy bien lo que ha sucedido con el festival Amal, un proyecto que nació de forma muy humilde en Santiago en 2003 y que en poco tiempo ha adquirido dimensión internacional pero sin renunciar a sus esencias. Su fama ha hecho que haya habido ofertas para trasladar su sede a una ciudad más grande, pero los organizadores se resisten a abandonar Santiago. Junto al festival de Rotterdam es la única cita europea dedicada íntegramente al cine que procede de los países árabes.

El director y alma máter del proyecto, Ghaleb Jaber Martínez, explica que durante todos estos años el festival se ha mantenido fiel a su intención de ofrecer al público una visión del mundo árabe alejada de la que reciben diariamente a través de los medios de comunicación y de la que se refleja en las producciones de Hollywood. "La información que se ofrece sobre lo que sucede en los países árabes suele ser negativa, lo bueno no se muestra. Es como si para hablar de España solo mencionásemos los casos de mujeres maltratadas", explica Jaber.

La idea de organizar un certamen para dar a conocer al público las películas que se hacen en los países árabes surgió tras asistir a la corriente de "islamofobia", según indica Jaber, se desencadenó en los países occidentales tras el 11-S. "De ahí que concedamos mucho espacio a los documentales en el festival. Son una forma de dar a conocer la realidad del mundo árabe y no solo las cosas malas", señala el director de Amal. Pese a la modestia de un festival que tiene un presupuesto "inferior al que supone comprarse una casa", el año pasado se registraron 2.000 espectadores y este año aspiran a superar esta cifra. Los precios son populares ya que asistir a una de las proyecciones apenas cuesta dos euros.

Uno de los objetivos del festival es favorecer la difusión del cine árabe, por lo que las películas seleccionadas que no han sido traducidas son subtituladas. Esto facilita que puedan ser exhibidas más tarde en otros lugares. Otras de las señas de identidad de Amal son los coloquios con los directores que presentan sus películas. "Intentamos que vengan todos los que podemos traer porque así tienen la posibilidad de explicar su trabajo al público", apunta Jaber.

Para la edición de este año, que tendrá lugar entre el 25 y el 31 de octubre, se han recibido más de 400 películas. En las secciones competitivas se exhibirán seis largometrajes, cinco documentales y 20 cortometrajes. Los premios oscilan entre los 5.000 euros para el mejor largometraje y los 1.200 para cada una de las dos categorías de cortometrajes (ficción y documental). Además, habrá una sesión golfa con películas como En el valle de Elah, Marrakesh Inshallah y Bab Aziz, el sabio sufí. Las proyecciones del festival tendrán lugar en el Teatro Principal (ficción y documentales), y en la Fundación Caixa Galicia (cortometrajes).

Un concierto a cargo del grupo Speed Caravan, que se celebrará el día 31 en la sala Capitol, será el fin de fiesta para un certamen que contará también con unas jornadas gastronómicas en el restaurante Caney en las que se ofrecerán platos típicos de los países árabes.

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Otra de las actividades paralelas es una exposición que acaba de inaugurarse en el hotel Araguaney y que está formada por fotografías que muestran como era la vida en las ciudades palestinas antes de 1948, año de creación del Estado de Israel.

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