La negación del cambio climático
No busquen los dogmas en el informe de Naciones Unidas para el cambio climático, búsquenlos más bien entre las líneas de los libelos que lo niegan y en personajes como Sarah Palin, candidata a vicepresidenta de Estados Unidos.
Los científicos tienen datos del clima y de las emisiones de CO2 desde hace 650 millones de años. Esos datos de largo alcance los obtienen de las burbujas del hielo de los casquetes polares y permiten proyectar las tendencias para predecir el clima a largo plazo.
Los datos nos dicen que la mayoría del aumento de temperatura observada en el planeta desde mediados del siglo XX es de "más de un 90%", debido al incremento en la concentración de gases de efecto invernadero ligado a la actividad humana.
En 2003 una encuesta entre 900 climatólogos de todo el mundo concluyó con un acuerdo: a) el cambio climático es una realidad; b) el principal responsable es el CO2, y c) se debe a la acción humana. En el caso del clima, esperar una respuesta inequívoca significaría esperar eternamente.
Es interesante analizar las razones y las estrategias de cuestionamiento y negación del cambio climático porque se parecen mucho a otras utilizadas para negar otras evidencias científicas incómodas para los intereses económicos como por ejemplo los efectos en la salud del tabaquismo pasivo. En primer lugar, hay razones psicológicas. Hay verdades que resultan molestas y encuentran resistencias internas en nosotros mismos porque nos obligan a modificar nuestra conducta. Luego hay razones económicas procedentes de sectores relacionados con la energía y el transporte más interesados en su cuenta anual de resultados que en el futuro de las nuevas generaciones. Finalmente, hay razones políticas. Algunos arremeten contra el cambio climático porque creen que ésa es la consigna de su grupo político.