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Crisis financiera mundial

EE UU impondrá controles anticorrupción en el plan de rescate

entre asesores y empresas de Wall Street

Juan Jesús Aznárez

El secretario del Tesoro norteamericano, Henry Paulson, investido de amplios poderes por la Casa Blanca y el Congreso, ya se ha puesto manos a la obra. Ha apalabrado los servicios de un equipo de compañías, bancos y profesionales del sector privado para poner en marcha, con carácter de urgencia, una intervención financiera pública sin precedentes en la historia de Estados Unidos: 700.000 millones de dólares de dinero público (casi medio billón de euros) para sanear el sistema financiero y evitar la recesión y la masiva destrucción de empleo. El éxito de la operación de salvamento obligará a minuciosos controles a fin de evitar la corrupción, los negocios fraudulentos y, en suma, los conflictos de intereses entre la Administración y las entidades contratadas para gestionar la compra de los activos contaminados por la hipotecas basura.

Los activos basura se subastarán a la baja en favor de la Administración
Paulson ha contratado a antiguos colegas de Goldman Sachs
Las primeras compras tardarán todavía un mes en materializarse
El equipo estará formado por unas diez gestoras y treinta expertos
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El escepticismo también se hace oír

El Tesoro pudo disponer de 250.000 millones de dólares inmediatamente después de la aprobación del monumental plan anticrisis, logrado el viernes en la Cámara de Representantes tras dos semanas de intensas y erráticas negociaciones. El desembolso del resto del dinero exige el cumplimiento de determinadas condiciones. "Vamos a movernos rápidamente, pero también con método", dijo Paulson, de 65 años, a quien ayudarán funcionarios de la administración y ex ejecutivos de Goldman Sachs, uno de los grupos de inversión más grandes del mundo, del que fue presidente. Horas después de la aprobación del paquete de medidas, el secretario del Tesoro apalabraba las primeras asesorías y distribuía el trabajo.

La Administración deberá vigilar la transparencia de cada movimiento a fin de evitar que las firmas convocadas al salvamento miren más por sus intereses que por los del contribuyente, y perjudiquen al erario público. El meollo de la cuestión es determinar el precio de cada activo. Uno de los formatos analizados es la subasta de los activos: ante la probable ausencia de postores, se rematarían a la baja en beneficio del Tesoro.

No faltan voluntarios interesados en colaborar en la aplicación del plan, cuyo manejo facilitará el acceso a información delicada sobre las subastas, de compra o venta, obliga a la inmersión en las cuentas privadas de Wall Street y permitirá la detección de oportunidades de negocio. El multimillonario Warren Buffett, que recientemente compró 8.000 millones de dólares en acciones de General Electric y Goldman Sachs, ofreció sus servicios. "De hecho, ya les he asesorado un poco", declaró. El Congreso pidió medidas punitivas contra los bancos que intenten aprovecharse y les prohíbe la venta de sus activos basura a un precio superior al de su compra. Michele Davis, portavoz del Tesoro, anunció una guía sobre "cómo manejar los conflictos".

El equipo encargado de encaminar los 700.0000 millones está integrado por unas diez compañías de gestión de activos y cerca de treinta expertos, de la Administración y el sector privado. Su primera tarea será decidir las prioridades y criterios de valoración de los activos bancarios malogrados por las hipotecas subprime, que no encuentran comprador. Después de esa valoración, se procederá a su adquisición, y cuando el mercado recupere su capacidad de compra, la Administración los podrá a la venta. El proceso hacia la reanudación del crédito, otro aspecto fundamental, debe ser rápido pues la necesidad de liquidez en el sector productivo es mucha, y la onda expansiva de la crisis financiera puede ser mayúscula. Las alertas oficiales sobre una posible metástasis fueron constantes durante la negociación del paquete, ajeno al ideario republicano contrario a intervención del Estado.

Paulson confesó que siente el peso del mundo sobre sus hombros, según una fuente cercana al alto funcionario, citada por The Washington Post. Millones de particulares, empresas y administraciones estatales y locales rezan por su fortaleza y acierto pues afrontan serias dificultades para obtener préstamos con los que comprar coches, casas, equipos o pagar las nóminas. "Tenemos mucho trabajo avanzado", dijo el secretario del Tesoro. No es probable, sin embargo, que las primeras compras de la deuda basura acumulada por bancos, aseguradoras y otras instituciones se produzcan antes de un mes.

Banderas de EE UU ondean frente a la sede de la Bolsa de Nueva York.
Banderas de EE UU ondean frente a la sede de la Bolsa de Nueva York.AP

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