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moda

Amor por las joyas

En uno de los salones la primera planta de la sede de la firma de joyería Chaumet, con espectaculares vistas a la Place Vendôme de París, Frederic Chopin compuso su última mazurca. En ese mismo espacio, murió. Algo de aquel romanticismo resucita estos días en una delicada exposición de joyas de amor que se puede contemplar desde hoy en ese lugar único. No se trata de alianzas de boda, sino de delicadísimas piezas, como aquellas que se tallaron para Napoleón y Josefina o una exquisitez que Isabel I regaló a su primo y amante, Lord Hunsdon. Cuatro años ha empleado la comisaria Béatrice de Plinval en reunir orfebrería que se remonta hasta el Renacimiento. Ha merecido la pena, hay 45 prestadores de 12 países que aportan piezas como la de la izquierda (un medallón circular de platino y diamantes) o el anillo de la derecha, de 1780, con una inscripción que reza "Ella ha cedido".

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