Ramón Cote gana el Unicaja de Poesía
El teléfono en la casa de Bogotá de Ramón Cote Baraibar sonó muy temprano. "Si es para mí, diles que ya estoy en la oficina", le dijo a su mujer. Era una llamada desde España. Le comunicaban que acababa de ganar el premio Unicaja de Poesía, con el que cumplía su sueño de ser galardonado desde Cádiz, una ciudad que siempre ha querido conocer. Su esposa le pasó el auricular y recibió orgulloso la noticia. Por la importancia del galardón. Y por el plantel de un jurado de escritores de altura formado por José Manuel Caballero Bonald, Luis García Montero, Felipe Benítez Reyes, Manuel Alcántara o Jesús García.
Su obra, que ha vencido sobre 175 títulos de toda España y varios países, la ha titulado Los fuegos obligados. "Son los asuntos de tu vida, esas cosas con las que no puedes dejar de vivir, lo necesario que te hace lo que eres. Los recuerdos, la casa de tu infancia, mis padres que murieron hace poco". Son todas esas cosas que ahora Ramón Cote Baraibar ha convertido en poesía. "Tenía ganas de escribirlos. Lo llevo haciendo desde hace tiempo hasta hoy y se me ocurrió enviarlo a este concurso en España", confesó ayer.
Cote nació en Colombia en 1963, aunque su madre es española. "Mi segundo apellido no puede ser más vasco". En España vivió varios años, donde se licenció en Historia del Arte por la Universidad Complutense. Es considerado uno de los nombres más destacados de la nueva poesía colombiana, con obras como Poemas para una fosa común, Informe sobre el estado de los trenes en la antigua estación de las delicias o No todo es tuyo, olvido. Según su opinión, Los fuegos obligados "es la punta de la flecha, donde todo empieza a ser más afinado". "Siempre he entendido este libro como esencial. Cada poema dice cosas necesarias", agregó. El premio, dotado con 10.000 euros y su publicación en Visor Libros, le permitirá conocer Cádiz.
