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Morir apuñalado por intentar robar un bocadillo

F. Javier Barroso

Nuevo homicidio en la región y de nuevo por arma blanca. Un hombre de nacionalidad brasileña, Luciano W. N., de 30 años, murió a las cuatro de la madrugada de ayer tras mantener una pelea con un grupo de chinos. Las primeras investigaciones apuntan a que la víctima intentó robar uno de los bocadillos que aquéllos vendían en el barrio de Chueca. En la reyerta también resultó herido un amigo del fallecido.

Los agentes del turno de noche de la comisaría de Centro, conocidos como Focus, detuvieron en cuestión de minutos a los supuestos autores de la agresión que costó la vida a Luciano. Esta muerte eleva a 31 los asesinatos registrados en la región en lo que va de año.

Alrededor de las cuatro de la madrugada, frente al número 27 de la calle de Fuencarral, un grupo de chinos vendía bocadillos y comida en una de las esquinas de la calle en un improvisado puesto con una caja de cartón, según fuentes policiales. Se acercaron a ellos Luciano W. N., con dos amigos. "Los chinos estaban vendiendo bocadillos", relató después un testigo al Samur. "Les han intentado robar y se han metido con ellos. Y ha pasado lo que ha pasado".

Los investigadores cotejarán las identidades de los cinco detenidos

Las primeras investigaciones apuntan a que la víctima intentó regatear el precio del bocadillo que quería adquirir o que, incluso, pretendió robarlo al ver que el vendedor no estaba dispuesto a hacer ninguna rebaja. Éste llamó a otros compatriotas y se desencadenó una pelea. Los chinos emplearon bates de béisbol y armas blancas contra sus oponentes, según la versión policial. El fallecido y sus amigos no llevaban ninguna.

Un transeúnte avisó a las 3.44 desde su teléfono móvil a la policía y describió lo que estaba ocurriendo en la calle de Fuencarral. La sala del 091 (teléfono de emergencias de la Jefatura Superior de Policía) lo trató como una riña en la vía pública.

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Según el relato de algunos testigos, el vendedor y sus compañeros les persiguieron con armas blancas y bates por toda la calle hasta que les alcanzaron.

Cuando llegaron los facultativos de una UVI móvil del Samur-Protección Civil, hallaron al herido tirado junto a la acera. Presentaba diversas heridas y contusiones en una mejilla y en la nariz, que habían sido producidas por un objeto contundente, según una portavoz de Emergencias Madrid. La lesión más grave era una herida por arma blanca en la parte izquierda de la espalda. Tenía unos tres centímetros de anchura, pero una gran profundidad.

Los sanitarios intentaron reanimarle durante más de media hora, pero la gravedad de las lesiones hizo que sólo pudieran certificar su muerte. La puñalada le hizo perder gran cantidad de sangre y le provocó una fuerte hemorragia interna. El hecho de que la cuchillada le fuera asestada por la espalda hace pensar que la víctima estaba a punto de huir o que fue atacado por su agresor sin haberse percatado de que estaba detrás de él. La víctima, que se caracterizaba por su gran corpulencia, residía en la calle de Atocha, según las primeras pesquisas.

Al lado del fallecido estaba un hombre de nacionalidad portuguesa de 27 años. Estaba sangrando de forma abundante por la cara. Tenía heridas abiertas causadas por un bate de béisbol o por una barra de hierro. Estaba consciente y orientado. Tras recibir las primeras curas, fue trasladado a la clínica de la Concepción con pronóstico menos grave.

El tercero de los amigos era un hombre de nacionalidad checa, que no presentaba ninguna herida. Fue atendido de una crisis de ansiedad por los psicólogos del Samur. No paraba de gritar "¡Mi amigo, mi amigo, mi amigo!", en referencia a Luciano W. N.

Los agentes de la comisaría de Centro del turno de noche se desplegaron por la zona y lograron detener a los pocos minutos a cinco personas de nacionalidad coreana y vietnamita. Se trata de Nguyen H. A., vietnamita de 20 años; Nguyen V. T., coreano de 21 años, y Hon N. H., vietnamita de 36 años. Estos tres hombres son los supuestos autores materiales de la agresión que costó la vida a Luciano y a su amigo. Los otros dos (los vietnamitas Nguyen T. T., de 28 años, y Duong L. T., de 29) fueron arrestados por infringir la Ley de Extranjería y estar en España de forma ilegal. Los investigadores están de todas maneras a la espera de cotejar su identidad, ya que posiblemente llevaran pasaportes falsificados. La Policía Científica será la encargada de comprobar su autenticidad.

Los detenidos fueron trasladados a la Brigada Provincial de la Policía Judicial y anoche estaban a la espera de ser interrogados, con la ayuda de un intérprete, para que explicaran todo lo ocurrido. Algunos testigos detallaron en el lugar de los hechos que todo ocurrió por la venta de los bocadillos, pero no descartan que hubiera otros motivos previos.

El cadáver de Luciano W. N. fue trasladado al Instituto Anatómico Forense, en la Ciudad Universitaria. Anoche no había sido reclamado por ningún familiar ni conocido, según fuentes judiciales.

Este homicidio eleva a 31 las muertes violentas registradas en la región, lo que supone una menos que el mismo periodo del año pasado.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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