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Reportaje:

Saber de hoy mirando atrás

Clásicos en Alcalá se sitúa entre los primeros festivales en su género del panorama nacional

Lope de Vega, Calderón, Shakespeare, Quevedo, Garcilaso, Góngora y algunos otros colegas quizá no lo supieron en vida, pero nos hablan, como pocos autores lo hacen, de la sociedad de hoy y lo hacen profundizando en ella hasta lo insospechado. Sus textos, sus vidas, protagonizan la vida cultural de Alcalá de Henares hasta finales de mes que se clausura Clásicos en Alcalá, muestra que llega a su octava edición convertida en uno de los festivales de teatro clásico más sólidos del panorama nacional. Y ello se ha conseguido reforzando varios frentes. Más presupuesto (aumentado a un millón de euros) y más estrenos (son varios los montajes que inician aquí su andadura) son elementos imprescindibles para situar la muestra entre las primeras, pero la clave, como siempre, está en la selección de los trabajos a presentar cuya calidad es la que genera nuevos públicos y los fideliza y hace que sobreviva y crezca un proyecto de estas características.

La muestra alcalaína se ha apuntado ofrecer el estreno de uno de los acontecimientos teatrales del año en España. El Hamlet (días 17 y 18) que ha dirigido Juan Diego Botto, con el que este joven puntal de la escena española ha hecho un curioso experimento ya que el papel protagonista lo alterna con su primo Alejandro Botto. El director lo ha querido así ya que ha querido primero montar "viéndolo desde fuera" el espectáculo, pero luego, una vez estructurado y terminado el proyecto, no ha querido renunciar a meterse en la piel de Príncipe de Dinamarca, papel ante el que todo gran actor que se precie sucumbe y que, por razones obvias, no debe demorarlo en su trayectoria profesional.

No es el único Shakespeare de la muestra, Mariano de Paco Serrano estrena una de sus comedia más populares marcada por aromas castellanos: La fierecilla domada (días 26 y 27), una de las menos representadas y que, como dice su director, el público espera con más avidez.

Juan Carlos Pérez de la Fuente se ha atrevido con La vida es sueño (días 24 y 25), obra cumbre calderoniana que ha puesto en pie para la Compañía Siglo de Oro de la Comunidad de Madrid, sin dejar de pensar que este texto es uno de los experimentos dramáticos más portentosos del teatro universal, para el que ha contado con Fernando Cayo como Segismundo y Chete Lera en el papel del rey Basilio.

Calderones hay varios. La devoción de la Cruz (del 25 al 27), un obra, que aunque podría parecerlo no es religiosa, que ha puesto en pie Carlos Álvarez-Ossorio. También El pintor de su deshonra (días 28 y 29), montaje de la Compañía Nacional de Teatro Clásico(CNTC) y su director Eduardo Vasco, que nunca faltan en este festival, ya que la muestra alcalaína ha quedado hermanada con la CNTC hasta tal punto que es en este espacio donde estrena la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico, como así lo hizo inaugurando Clásicos en Alcalá el día 12 con un delicioso montaje lopiano de La noche de San Juan. Y para los que quieran profundizar en ese aventurero íntimo y enamoradizo que fue Lope de Vega nada mejor que ver Basta que me escuchen las estrella (días 21, 22 y 24)

Curiosamente en este festival se ha dado como en ningún otro un fenómeno teatral, no nuevo, pero que de un tiempo a esta parte que es creciente y que no es otro que la incursión de actores, conocidos y reconocidos, en la dirección escénica. Y lo hacen de la mano de clásicos o de contemporáneos que abordan cuestiones clásicas como es el caso del actor José Sancho que se adentra en el pirandelliano Enrique IV (días 20 y 21), que ya hiciera con José Tamayo, director del que confiesa ha querido rescatar y recuperar ciertos aromas y esencias. Ayer domingo Alicia Sánchez presentó El dulce lamentar, de Garcilaso de la Vega un espectáculo poético musial que ha puesto en pie con el Cuarteto de Violas de Gamba Randal Cook y un grupo de actores encabezados por Constantino Romero. Kiti Mánver dirige y actúa, junto a Juan Luis Galiardo y otros intérpretes en A la luz de Góngora (día 19), montaje con el que no ha pretendido abordar una biografía de este andaluz universal sino plantear una fiesta barroca con la que acercar al público al Siglo de Oro. Ramón Barea se ha adentrado en la vida de El Buscón (del día 19 al 22), de Quevedo, con el actor José Luis Esteban.

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Completan la programación espectáculos basados en la narrativa tradicional oral, músicas del barroco, teatro infantil y familiar (La flauta mágica, El barbero de Sevilla), los maravillosos títeres de los checos Teatro Alfa, ciclos de cine, espectáculos de calle, talleres y para que no falta de nada también una ópera: El casamiento (días 28 y 29), de Mussorgski, que parte de una obra de Goldoni y un montaje Undercastration (día 17), basado en el gran castrati Il Senesino.

El grueso de la programación se presenta en el Teatro Salón Cervantes, el Corral de Comedias (considerado internacionalmente una joya de la arquitectura teatral mundial ya que es único en su género) y el Claustro del Colegio del Rey, aunque hay otros espacios como la Capilla del Oidor donde se ofrece una contundente exposición José Hernández y el teatro 1973-2007 en la que se puede ver la trayectoria de este excepcional artista en sus trabajos para la escena. Clásicos en Alcalá también ofrece otras exposiciones: La flauta mágica. La música y la conquista de la felicidad y otra de fotografía Henri Cartier-Bresson. Para más información www.clasicosenalcala.net

Nieve de Medina, José Coronado, Marta Etura y Juan Diego Botto, actores de <i>Hamlet</i>.
Nieve de Medina, José Coronado, Marta Etura y Juan Diego Botto, actores de Hamlet.

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