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Análisis:EXTRAVÍOS | ARTE
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Expósita

A la joven, hermosa y refinada Chieko le gustaba especialmente contemplar, al comienzo de la primavera, el florecimiento anual de un par de violetas, que brotaban en el exiguo hueco formado en el tronco de un viejo arce del jardín de su domicilio familiar en Kioto. Estaba entonces lejos de imaginar que esta modesta y casi escondida floración encerrase la clave simbólica de su peculiar vida personal. Porque, aunque Chieko era oficialmente la hija única de un acomodado fabricante de obis, una de las piezas más apreciadas del tradicional kimono, sabía, como sus padres le habían informado sin entrar en demasiados detalles, que había sido una recién nacida expósita, lo cual dejaba un rastro de aprensión en su, por lo demás, feliz existencia. Seguramente, si no hubiesen concurrido una serie de casualidades, entre las que la principal fue el hecho de que tenía una hermana gemela, que habitaba en una aldea montañesa en las estribaciones próximas a Kioto, nunca habría tenido la menor posibilidad de descifrar su original paradero biológico, pero el azar propició el encuentro entre las hermanas y así Chieko pudo conocer a su doble, Naeko, que la informó de que sus padres naturales habían muerto.

Esta historia es, en principio, la trama fáctica de la novela Kioto (Emecé), que publicó, en 1961, el escritor japonés Yasunari Kawabata (1899-1972), y de la que ahora existe una versión en castellano. Pero, al margen del enredo dramático en el que se ve envuelta una jovencita al hallarse duplicada por la inopinada irrupción de una gemela, al lector no le cuesta demasiado trabajo identificar el sentido simbólico con que Kawabata urde el trasfondo de esta novela, escrita justo no sólo poco después del fin de la ocupación americana de Japón, sino cuando se culminaba de manera implacable la occidentalización de este país milenario. En efecto, según se desenredan los hilos de esta sencilla acción, el lector enseguida se percata de que las mutuamente reencontradas Chieko y Naeko, la primera, una delicada burguesita, y la segunda, una robusta campesina, encarnan, cada una, respectivamente, la representación de la tradición inmemorial y la del perentorio presente, dejándonos al respecto Kawabata la ilusión, no sin cierto regusto melancólico, de que esta reunión entre el ayer y el hoy quizá no pudiera resultar del todo imposible.

Pero si la historia de estas gemelas puede, sin duda, interpretarse como la fortuita convergencia temporal de lo históricamente divergente, el genio poético de Kawabata le lleva a imaginar un abrazo entre Chieko y Naeko, no sólo de naturaleza espacial, sino de mítica regresión biológico telúrica. Se produce en la primera cita concertada por las hermanas tras su primer mutuo casual hallazgo, cuando Chieko acude a la aldea serrana de Naeko y se desencadena, estando ellas en un bosque, a la intemperie, una descomunal tormenta estival, lo que, aterrorizando a la primera, impulsa amorosamente a la segunda a cubrirla con su propio cuerpo, recreándose así, por un momento, el original destino placentario que anudó los primeros latidos de ambas. Quizás, el fatal curso del tiempo impele a los mortales a soñar con ese cálido espacio materno, donde se podía vivir sin que ocurrieran divergencias.

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