_
_
_
_
Reportaje:

Abierto por reforma

El Arqueológico muestra sus obras en una nueva sala mientras remodela el edificio

El Museo Arqueológico Nacional emprende una reforma a fondo del palacio que comparte con la Biblioteca Nacional, entre el paseo de Recoletos y la calle de Serrano. Durará al menos tres años y costará 41 millones de euros. Para mantener sus puertas abiertas al público, la dirección del centro, que rige Rubí Sanz, ha seleccionado un espléndido y reducido repertorio de las mejores de entre el millón y medio de piezas con las que cuenta, desde la Dama de Elche, joya del arte ibérico, hasta el ajuar visigodo de Guarrazar.

Bajo el título Tesoros del Museo Arqueológico, las exhibe en una exposición que, por su calidad, puede ser calificada de memorable. César Antonio Molina, ministro de Cultura, la inauguró oficialmente ayer. José Jiménez, director general de Bellas Artes, explicó a grandes rasgos la reforma. Consistirá en la apertura ex novo de un acceso al público desde la cota del suelo, en la zona sureste del palacio, a la izquierda de la fachada principal hasta la calle de Serrano. Desde este punto arrancará la visita, de modo que el visitante pueda eludir la secuencia de escaleras que precede el actual acceso por la puerta noble.

Los trabajos durarán al menos tres años y costarán 41 millones de euros
La exposición inaugurada reúne los principales tesoros del centro

"Tanto la museología, los contenidos propios de un museo, como la manera de exhibirlos, además de la normativa contra incendios y de accesibilidad, pedían a voces esta reforma", señala Juan Pablo Frade, arquitecto responsable de esta actuación, sin precedentes en la historia del edificio, que data de 1867. "Los dos patios simétricos con los que el palacio cuenta", añade Frade, "serán recuperados en su forma original, es decir, cubierta, para exhibir en ellos piezas de gran valor arqueológico y de gran formato, de modo que el visitante pueda contemplarlas mientras accede a las plantas superiores".

En la planta más alta "se recobra un espacio enorme, de unos noventa metros de longitud por veinte de anchura, para instalar la biblioteca", explica Frade. "Ese espacio contiene una estructura de cerchas roblonadas, que figuran entre las primeras que se construyeron en Madrid", subraya el arquitecto. Las obras, en sus aspectos más trabajosos, que comienzan después del verano, tropezarán a medio plazo con una dificultad añadida: la construcción de un estacionamiento subterráneo en la calle de Serrano, justo sobre el lugar que se había pensado para acopiar los materiales de la reforma del museo.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Juan Pablo Frade ha sido, asimismo, el autor del montaje de la sucinta exposición que reúne los principales florones arqueológicos que el museo atesora. El nuevo y sintético itinerario incluye el antiguo Egipto, la prehistoria, el arte griego y el romano. Por doquier se muestran colecciones numismáticas.

A los visitantes más sensibles, la visión de la Dama de Elche les procurará una invitación a la reflexión, y los más proclives a la imaginación descubrirán en las coronas visigodas que hasta los diseños más vanguardistas ya fueron trazados por los orfebres del siglo VII.

La estatua orante de Pedro I y la de doña Constanza de Castilla, las dos de fines del siglo XV, muestran la riqueza de los escultores medievales del alabastro. El recorrido por la historia de la arqueología culmina en el siglo XIX, tras verse jalonado por un arca nupcial florentina, una silla de manos pintada al óleo por Luis Paret en el siglo XVIII y un retablo de piedras duras, de inferior calidad a los que por su parte atesora el Museo Nacional de Artes Decorativas.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_