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La Xunta conocía en 2002 la insuficiencia de la cantera para la Cidade da Cultura

Un informe interno alertó de las deficiencias de la explotación de cuarcita

El agotamiento de la cantera que surte de una peculiar cuarcita a la Cidade da Cultura, el pasado septiembre, no pudo constituir ninguna novedad para la fundación que rige el complejo cultural del monte Gaiás, en Santiago. Un informe firmado el 25 de abril de 2002 por el ingeniero de minas Fernando López González-Mesones, elaborado a instancias de la fundación, alertó de las "incertidumbres" en cuanto a reservas de la cantera, por lo que se aconsejó a la Xunta entonces dirigida por el PP que exigiera algún tipo de garantía formal. El Gobierno de Manuel Fraga no lo hizo, y seis años después, Cultura busca por todo el mundo una cuarcita similar a la agotada que sirva para finalizar las obras.

"Las incertidumbres en cuanto a reservas que en estos momentos presenta esta cantera aconsejan que el fabricante ofrezca algún tipo de garantía formal que le implique en el suministro", reza el informe en una de sus recomendaciones. El documento, un estudio de viabilidad de la piedra cuarcita de Muras para la Cidade da Cultura, fue elaborado un año antes de que, en 2003, la empresa que explota la cantera, Piedras de Muras, SL, ganara el concurso público convocado por la Xunta por seis millones de euros. Piedras de Muras es propiedad del ex alcalde de Ortigueira, Antonio Campo, del Partido Popular.

El informe, al que ha tenido acceso este periódico, fue realizado "a solicitud de la Fundación Cidade da Cultura", aunque fuentes de este organismo confirmaron que no existe ninguna copia en el expediente oficial del proyecto. El documento constata que "no se dispone de ningún tipo de estudio sobre la geología de la cantera que vislumbre sus posibilidades, más o menos reales, sobre la continuidad y la calidad del yacimiento". "El problema que se plantea entonces es si, a la vista de la información disponible en estos momentos, es posible atender a las necesidades de abastecimiento de una obra que se cifra en unos 60.000 metros cuadrados en un plazo de unos dos años", alerta tras visitar la cantera el autor del estudio. A continuación, agrega: "Evidentemente, esta cifra es bastante fuerte para un yacimiento de estas características, del que apenas se tiene información objetiva sobre sus posibilidades".

La única solución posible apuntada consistiría en "la apertura de frentes más grandes", "pero estas actuaciones no suelen llevarse a cabo en canteras pequeñas como la que nos ocupa, si no existen demandas de material garantizadas". "Ante esta situación, y con el fin de comprometer al proveedor en el suministro, se sugiere que éste facilite algún tipo de garantía formal que cubra las necesidades de material en los plazos establecidos".

La visita del autor del informe a la cantera de Antonio Campo deparó otras sorpresas. En concreto, las instalaciones de elaboración, que se encuentran próximas al yacimiento, que "resultan a todas luces insuficientes para las necesidades de la obra". Dichas instalaciones consisten "en un recinto abierto de 10 por 20 metros, con dos pequeñas cortadoras de disco con una capacidad de producción muy limitada".

Las advertencias del informe sirvieron de poco, y un año después, la fundación Cidade da Cultura fallaba el concurso a favor de la empresa del entonces alcalde del PP, asociado con sus hermanos. Todo ello, a pesar de que la cantera de la que se extraía la cuarcita, denominada mina Angelita, carecía de permisos de explotación tanto del Ayuntamiento de Muras como de la propia Xunta. Los responsables de la explotación invadieron con sus máquinas terrenos de gran valor ecológico protegidos por la Red Natura, en los que existen hábitats en peligro de desaparición. La Consellería de Política Territorial dictó en enero de 2007 una orden de paralización de actividad.

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Retrasos desde el inicio

Desde septiembre no llegan camiones a la Cidade da Cultura cargados con la peculiar cuarcita color salmón que ya cubre parte del complejo cultural. La fundación que gestiona el proyecto asegura que existen reservas suficientes para evitar que la suspensión del suministro paralice las obras. En efecto, los trabajos en la cumbre del Gaiás siguen en marcha, aunque fuentes de las empresas implicadas aseguran que el deficiente suministro de la denominada cuarcita de Muras lastró el ritmo de construcción de la Cidade da Cultura desde su inicio."Si tenía que llegar un camión a la semana, lo hacía cada tres o cuatro, y con calidades no siempre aceptables", recuerda una persona implicada en los trabajos del monte Gaiás. La empresa de los hermanos Campo, liderada por el ex alcalde de Ortigueira, se retrasaba en el suministro, ahora suspendido sin que la Fundación Cidade da Cultura haya acertado a dar una explicación oficial.Así, por ejemplo, el revestimiento de cubierta y fachada del edificio de la Hemeroteca, uno de los seis de que consta el complejo cultural del monte Gaiás, debía realizarse en cinco meses, los que van de agosto de 2004 a enero de 2005. Las obras comenzaron cuando estaba previsto, pero no finalizaron hasta el verano de 2007.

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