Caballero recibe a los dueños de la casa que derribará y les invita "a reflexionar"

El alcalde de Vigo, Abel Caballero, recibió ayer al matrimonio propietario de la vivienda de Sampaio sobre la que pesa una sentencia de derribo por irregularidades urbanísticas y les trasladó la imposibilidad del Ayuntamiento de hacer nada para evitar la ejecución de dicha orden por ser "de obligado cumplimiento". "Mientras yo sea alcalde se va a cumplir la ley", dijo.

Caballero recibió a Manuel Dasilva y Charo Amorín, propietarios de la vivienda situada en la calle Rosal Florido, de la parroquia de Sampaio, en su despacho, expresándoles su "comprensión y afecto". También les dijo que "lo mejor es que abandonen la vivienda y acometan ellos mismos el derribo". Les recordó que el Ayuntamiento les facilitará el realojo inmediato durante el tiempo que sea necesario y les sugirió que opten a una vivienda protegida.

Manuel Dasilva reconoció no tener asimilada la demolición hasta la reunión con el alcalde. "Es muy difícil decidir", dijo. La familia dedicará este fin de semana "a reflexionar" para tomar una decisión: o abandonan la casa, que todavía tiene todo el mobiliario y los enseres dentro, o resisten con el apoyo del vecindario. "No se puede predecir la reacción ni adónde se va a llegar con la resistencia", señaló.

Agradeció, con todo, el respaldo solidario de sus vecinos, que además de concentrarse ayer ante el ayuntamiento, han mostrado su disposición de apoyarles "hasta el final" y "se mantienen vigilantes" para impedir el paso de las máquinas que vayan a demoler la casa, como ya hicieron en la primera tentativa, el pasado 1 de octubre.

Charo Amorín lamentó que "los que tienen poder y dinero, también tienen la justicia de su parte", recordando las numerosas demoliciones de edificios ilegales pendientes en la ciudad. También agradeció el apoyo de los vecinos, una solidaridad que, dijo, no tiene la vecina que presentó la denuncia contra su casa. "Los vecinos siempre estarán ahí, decidamos lo que decidamos", afirmó en referencia a la posibilidad de que abandonen su casa voluntariamente.