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Reportaje:

Bond, vengativo James Bond

Viaje al rodaje en Chile del nuevo 007, que incide en el lado turbio del personaje

La situación es un poco absurda. Al lado de una barandilla de unos 50 metros, una cámara discurre por un carril. Al grito de "¡Acción!", alguien la empuja y un actor, pistola en mano, corre tras ella apuntando al objetivo como un galgo tras la liebre. Da un salto y se escucha: "¡Corten!". Esto se repite cuatro veces con la salvedad de que en las dos últimas tomas suenan tres petardos. Al parecer, son tiros. Eso es todo lo que se enseña del rodaje de Quantum of solace, la película número 22 de la saga de James Bond. No tendría mayor importancia si no fuera porque esto es Cerro Paranal, en Antofagasta, al norte de Chile, y los periodistas europeos que han venido al reclamo de una "visita al rodaje" han recorrido alrededor de 11.000 kilómetros para llegar.

"Este paisaje árido dice mucho del protagonista", señala el director del filme
"Se trata de que sea espectacular, pero más íntimo", afirma Daniel Craig

Realmente lo más atractivo es la localización. La producción de varios cientos de personas se ha trasladado al desierto de Atacama donde, a 2.500 metros de altura, se alza uno de los observatorios astronómicos más importantes del mundo. Claro que no aparecerá en la película. Lo que se mostrará será una parte de La Residencia, la cúpula subterránea con un jardín tropical en el centro, donde viven los 120 científicos que manejan los cuatro telescopios. Ése parece ser el lugar en el que Bond dará caza al villano, encarnado por el actor francés Mathieu Amalric, "un empresario despiadado", según las notas que proporciona la productora.

Amalric, protagonista de La escafandra y la mariposa, última película de Julian Schnabel, está acostumbrado al ritmo más frenético de las producciones de menor presupuesto y se aburre. "Estuve un mes en Panamá y sólo trabajé nueve días", confiesa en el hotel en el que se hospeda con su mujer y su hijo recién nacido. "Hay que esperar y esperar. Y no quieren que te muevas. He alquilado un coche y me voy dos días, pero no les he dicho nada, me voy a escapar".

"Aquí tenemos que ser muy cuidadosos, es un área protegida. Las secuencias de destrucción se rodarán en Londres", cuenta Barbara Broccoli, productora del filme, y una de las personas que mejor conocen la franquicia 007, que heredó de su padre, Albert R. Broccoli, fundador de la saga.

Inicialmente en Antofagasta estaban encantados con el rodaje, lo consideraban una estupenda forma de publicitar esta ciudad de 285.000 habitantes a orillas del Pacífico que vive básicamente de la minería de cobre. Pero, ay, pronto descubrieron que en ningún lugar se mencionaría a Chile, y, aún peor, se haría pasar la zona por el altiplano boliviano. Un agravio, porque la rivalidad con el vecino del norte comenzó ya en la guerra chileno-boliviana de 1879 y ha desembocado estos días en protestas, manifestaciones... y en el alcalde de Sierra Gorda arrestado por desorden público tras interrumpir la filmación de la película al entrar en el área de rodaje conduciendo su camioneta a toda velocidad como protesta. "No nos esperábamos esta polémica. Estamos sorprendidos", dice Broccoli. "Por ejemplo, en un filme anterior cuando rodamos en Cádiz, la ciudad estaba ambientada como Cuba. Pero todo el mundo lo sabe y es bueno para el país".

De hecho, uno de los personajes secundarios, un coronel del Ejército boliviano, está interpretado por el actor español Fernando Guillén Cuervo, que reconoce estar viviendo un sueño. "Es un papel pequeño, aunque encarnar a un malo de Bond es algo muy grande".

"Lo importante de este lugar es la atmósfera. Cuando miras a Daniel Craig ves a alguien con vida interior. Este paisaje seco, árido, dice mucho del personaje. No es un héroe perfecto. Es alguien que ha sufrido y que está vacío por dentro", aclara el director Marc Forster, suizo, autor de Monster's ball, y alejado del perfil de realizador de acción que se supone necesario para la saga. "Al principio no estaba interesado. ¿Por qué yo? No sabía cuánta libertad creativa tendría, algo fundamental para mí. Pero Bond empezó un viaje psicológico muy interesante en Casino Royale y eso me convenció".

Quantum of solace es la continuación de Casino Royale, de 2006, la primera película en la que Daniel Craig, británico de 40 años, encarnó al agente secreto más famoso del mundo. Una decisión polémica, muchos no le consideraban el actor adecuado, que Broccoli zanja con una sola palabra: "Acertamos". Aquí James Bond, destrozado por la muerte del amor de su vida, emprende una misión que tiene mucho de venganza. "Es un Bond muy cercano al de Sean Connery, a las películas de los sesenta", dice Craig. "Se trata de que sea más realista, más auténtico. Igual de espectacular, pero más íntimo. Hacer de Bond es muy duro. Seis meses de rodaje, secuencias de acción. Hay que estar al 100%. Si no funciona, me iré", remata. "Aunque la verdad, una vez que has tenido el honor y la responsabilidad de interpretar a Bond no creo que dejes de serlo nunca", concluye el actor.

Daniel Craig, durante el rodaje en Chile de la nueva película de James Bond.
Daniel Craig, durante el rodaje en Chile de la nueva película de James Bond.
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