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Crónica:Ida de las semifinales de la Copa del Rey
Crónica
Texto informativo con interpretación

Koeman le amarga la Copa al Barça

Xavi, en el último suspiro, premia el tesón azulgrana ante un Valencia muy bien organizado y al que dio ventaja Villa

Ramon Besa

Agachado en Mestalla, Koeman salió con la cabeza bien alta del Camp Nou. Había pensado muy bien el partido, tanto que dirigió a su equipo a pie de campo, y sus jugadores le interpretaron tan fielmente que si no cantaron victoria fue porque en la última jugada de la noche el árbitro no apreció manos de Eto'o y concedió el empate de Xavi. La acción premió el tesón del Barça y atemperó la efervescencia del Valencia.

La convulsión social y deportiva ha acentuado el carácter competitivo de Koeman y el Valencia en la Copa, un torneo que funciona estupendamente para las catarsis colectivas. Al Barça le pasó lo contrario. Ahora que ha aprendido a disputar la Liga, ayer no supo ganar un partido de Copa muy exigente, de mucha tensión y gran carga táctica. Le faltó luz y precisión, en el pase y en el remate, y le sobró coraje después de un estimable ejercicio futbolístico.

BARCELONA 1 - VALENCIA 1

Barcelona: Valdés; Zambrotta, Puyol, Milito, Abidal; Xavi, Touré, Deco (Iniesta, m. 68); Messi, Eto'o, Henry (Bojan, m. 68). No utilizados: Pinto, Thuram y Edmilson.

Valencia: Hildebrand, Caneira, Helguera, Albiol, Moretti; Maduro, Banega (Baraja, m. 68); Joaquín (Arizmendi, m. 61), Silva, Mata (Vicente, m. 79); y Villa. No utilizados: Mora y Lombán.

Goles: 0-1. M. 69. Villa remata un centro raso de Arizmendi. 1-1. M. 93. Xavi recoge un rechace en la frontal del área y conecta un disparo mordido y ajustado al palo.

Árbitro: Iturralde González. Mostró la cartulina amarilla a Deco, Messi, Silva, Bojan y Caneira.

74.378 espectadores en el Camp Nou.

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La organización colectiva del Valencia le pudo a la calidad individual del Barcelona. Anudado el contrario por Koeman, la diferencia como de costumbre la marcó Villa, que anotó su sexto tan tanto en el estadio. El gol inevitable de Villa se produce con independencia de los técnicos, del torneo y de la jornada. Así de caprichosos son los guiños del fútbol. La fortuna se alió con el ariete y su equipo en uno de los dos remates al área y fue esquiva con el Barça, que, pese a su insistencia, no encontró la portería hasta el final, tras contar 14 disparos y 13 córneres.

Apretó el Barcelona desde la salida, con la hinchada más ruidosa que nunca, entregada a un equipo que rota piezas a cada jornada para poder competir en los tres torneos abiertos. Entró Deco y salió Iniesta de la alineación mientras Henry jugaba por Ronaldinho, circunstancia que propició un aumento de la velocidad de la pelota y una disminución en la precisión. A cambio de abrir bien la cancha por el flanco de Henry, se estranguló en el juego interior, incapaz de ganar espacio, bien controlado por el Valencia, replegado y espabilado en la anticipación.

A tres remates de gol consecutivos en una misma jugada por parte de Xavi, Eto'o y Messi, respondió el Valencia con una falta lateral que acabó en la red después de un taconazo de Joaquín en fuera de juego. Aunque anulada por el árbitro, la acción tuvo un carácter intimidatorio. Lentos y previsibles, los azulgrana se excedieron en la conducción, negados en la divisoria, sin línea de pase, en inferioridad ante las ayudas defensivas del rival, que cerró bien, siempre en superioridad.

El Valencia mezcla jugadores robustos para la contención con futbolistas ligeros en el despliegue, hábiles y rápidos, delanteros con llegada y gatillo. Aún en estado de gestación, Koeman apuesta por un equipo joven y vitalista, atrevido incluso, y al mismo tiempo inexperto y con una aparente fragilidad, más que nada por su media de edad: 24 años. Ayer, sin embargo, el plantel de Koeman se portó con grandeza. Ha mejorado tácticamente y se organizó bien alrededor de la consistencia de Maduro, la jerarquía de Banega y la marca de Albiol a Eto'o.

Maduro interpreta perfectamente las cosas que le gustan a Koeman, a veces imperceptibles, como los bloqueos y las coberturas, y Banega responde al 5 clásico argentino, un volante que domina la escena y se ofrece, calidad imprescindible en partidos de palabras mayores. Taponaron tan bien los valencianos la línea de toque y tiro del Barça y le complicaron tanto la vida que Touré perdió el sitio y Eto'o no paró de dar vueltas alrededor del área, incómodo y desquiciado. Especialmente consistente, el Valencia achicó bien la cancha y sólo concedió una ocasión antes del descanso. Eto'o no se ganó ni un remate y a Messi no le dejaron armar bien la pierna cuando no fue atrapado por su propia prisa.

Aceleró el Barça en la reanudación, confiado en que el adversario cedería, víctima del esfuerzo. Maduraba el partido a su favor, falto sólo del último pase, de un desmarque por detrás de la zaga, de un remate de media distancia, pero no se adivinaba un punto de flaqueza en Hildebrand, un meta que ofrece poca confianza, que repele el balón y, sin embargo, se crecía con el tiempo. La rueda de cambios aumentó la incertidumbre hasta que Villa culminó una transición preciosa de Arizmendi. El tanto se levantó como una pared para el Barça, que no paró en su ataque y gol hasta que encontró el gol de costumbre de Xavi con la anuencia del árbitro, para desespero del Valencia, heroico hasta el pitido final. Nadie le podía pedir más al equipo de Koeman y pocas cosas hubo que reprochar al Barça en una noche muy intensa y vibrante, muy copera.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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