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Entrevista:ROBERTO MANCINI | Entrenador del Inter | Internacional

"Soy un chulo porque voy en contra de los que mandan"

La ciudad deportiva del Inter no huele a fútbol. Hay una bandera neroazzurra y todos los asientos de la sala de prensa llevan el símbolo del equipo, eso sí, pero poco más. En las paredes sólo hay una foto de Prisco y una de Facchetti. Roberto Mancini (Jesi, 43 años) pasa por delante de ella. Para el técnico del Inter la imagen lo es todo -se hizo operar para eliminar las bolsas de los ojos- pero queda una hora para el entrenamiento y no tiene más remedio que presentarse en uniforme de trabajo.

Pregunta. Desde la época de Trapattoni no se daba continuidad a un técnico durante más de tres temporadas. ¿Qué ha visto en usted Moratti?

Respuesta. Tal vez le resulte simpático.

P. ¿Tuvo la sensación de haber llegado a un club gafado?

Tiene 43 años y lleva cuatro en el banquillo del Inter, algo que no pasaba desde la época de Trapattoni. Ha construido un equipo ganador en el calcio, pero no en Europa. Teme el corazón y la garra del Liverpool y dice que lleva diez años sin ver programas deportivos porque le dan asco.
"No sé si el Inter estaba gafado, pero al llegar me di cuenta de lo que no funcionaba"
"Ibrahimovic se parece a mí en el campo y en tocar los cojones a los rivales"
"Cuando no me llegaban balones, me cabreaba. Me gusta el fútbol rápido"
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R. No sé si gafado, pero sí me di cuenta de que la situación era difícil porque si no, no se explica como un club con tantos buenos jugadores no gane nunca nada durante años.

P. ¿No se preguntó por qué?

R. No. Pero fue llegar, empezar a trabajar y entender qué era lo que pasaba.

P. ¿Y qué era lo que pasaba?

R. Había muchas cosas que no funcionaban, futbolísticas y extrafutbolísticas. Para mí fue un reto. Ir a entrenar un equipo que siempre gana y donde las cosas siempre funcionan no es estimulante. El Inter, sí.

P. ¿Entre los motivos por los que el Inter no ganaba estaba la Juve?

R. No porque estuviera la Juve en sí, sino porque luego han salido al descubierto unas cosas que todos sabían pero que nadie decía.

P. Parece que ahora es el Inter el que tiene ayudas arbitrales...

R. En Italia se vive de eso: como ya no se sabe qué chorradas contar por la noche, la gente se dedica a hacer moviolas para crear el caos. Y no sirve de nada porque no refleja la realidad de las cosas. El árbitro no tiene la misma amplitud visual que las cámaras. Hace 15 años veías las acciones más importantes y punto. Yo llevo diez sin ver un programa deportivo. Me dan asco.

P. Llegó con 40 años y sólo 4 de experiencia. ¿Nunca sintió que no estaba a la altura?

R. No. Y no es por presuntuoso. Incluso cuando empecé con la Fiore con 36 pensé que tampoco era para tanto porque el fútbol ha sido mi vida durante 20 años y siempre me interesé por la técnica y la táctica. Nada era nuevo para mí. Además, entrenaba a jugadores que habían sido compañeros.

P. ¿Ventaja o desventaja?

R. Una ventaja porque conoces todas sus problemáticas, pero si los dejas fuera de los partidos empiezan entonces los problemas.

P. ¿De quién ha aprendido más?

R. De Boskov y Eriksson. Me enseñaron a ser optimista y a crecerte cuando aparecen las dificultades. Algo fundamental para un entrenador.

P. ¿Cómo ha transformado el Inter en un equipo?

R. Trabajando con seriedad y con la ayuda de todos. Los jugadores han cambiado el rumbo, han entendido que para ganar hay que hacer las cosas seriamente con el apoyo del club y del cuerpo técnico.

P. ¿Qué es jugar bien?

R. Afortunadamente no jugué de terzino ni de centrocampista sino de delantero y si no me llegaban los balones me cabreaba. Quiero que el balón circule rápido y pegado al césped. Me gusta el fútbol que divierte a la gente y a los jugadores, el taconazo y los goles bonitos, ésa es la esencia. Pero el pelotazo largo a veces también sirve.

P. En Europa les cuesta ser un equipo, ¿por qué?

R. Porque hay 30 que fracasan y dos que llegan a la final. La Champions es un torneo peculiar en el que hay que estar en forma esa noche, encontrar sensaciones favorables y no siempre pasa porque las Ligas son muy exigentes.

P. ¿Cómo se gestiona un vestuario que es una torre de babel?

R. Tengo ventaja por haber sido futbolista. Tardas nada en entender virtudes y defectos de los jugadores. Y ellos tienden a dar más confianza a alguien que ha vivido lo mismo.

P. ¿Toma mate con los argentinos?

R. No, es asqueroso... no sé como pueden bebérselo.

P. ¿Por qué le gustan tanto los jugadores suramericanos?

R. Me gustan los buenos jugadores. Cesc y Fernando Torres lo son sin ser suramericanos.

P. ¿No le molesta tener a un solo italiano en el once?

R. No. El mundo va en otra dirección ahora, éste ya no es un tema sobre el que merece la pena reflexionar. El Arsenal tiene 17 franceses de 22.

P. Debutó con 16 años. Ahora es imposible para los jóvenes italianos encontrar espacio en un gran equipo. ¿Por qué?

R. En Italia hay demasiada presión para ganar y si no ganas a los seis meses te despiden y fichan a otro técnico. Así que en vez de dar espacio a una joven promesa uno recurre a gente con más experiencia.

P. ¿Hay alguna pareja de delanteros que le recuerde a usted y Vialli?

R. No la veo. Lo que vivimos nosotros fue muy nuestro. Jugábamos en un equipo sólo de italianos, surgido de la nada, con un gran presidente...

P. Ese equipo perdió una final de Champions contra el Barça, ¿algún recuerdo?

R. Sí, que el fútbol también es tener cuatro ocasiones de gol clamorosas y perder.

P. ¿Vialli es el mejor delantero con el que ha jugado?

R. Sí, lo tenía todo.

P. ¿Los defensas más difíciles?

R. Ferri, Bergomi y Vierchowod. También Baresi.

P. Con la selección nunca tuvo una buena relación...

R. No. Yo era un rebelde, llegué a un punto en el que pasé de ir porque ya no me divertía.

P. ¿Algo de esa rebeldía ha quedado?

R. Algo siempre queda, aunque con los años mejoramos.

P. ¿Es así de chulo como dice la gente?

R. Sí lo soy porque voy en contra de los que mandan y digo la verdad.

P. ¿Es por eso, porque cae mal, que los demás técnicos no lo han votado para el banquillo de oro?

R. Puede ser, pero el banquillo de oro no es nada. Para un técnico las satisfacciones son hacer bien tu trabajo y ganar.

P. ¿El delantero más fuerte?

R. ¿Aparte de mí? Platini, Maradona, Careca, Vialli, Van Basten y Paolo Rossi.

P. ¿Hay algún delantero que le recuerda a usted?

R. Ibrahimovic sí hace cosas que yo hacía, además de tocarle los cojones a los adversarios. Totti también tiene algo mío.

P. ¿Sabía que Ibrahimovic hizo taekwondo para fortalecer y sensibilizar los dedos de los pies?

R. Sí. Lo hacía porque siendo tan alto no quería perder la agilidad en el campo. Es impresionante lo ágil que es siendo tan fuerte físicamente.

P. ¿Qué le preocupa del Liverpool?

R. Benítez es un técnico muy listo y tiene un equipo con mucho corazón y mucha garra.

P. ¿Conoce Anfield?

R. Sí, pero como técnico. Se respira el mejor clima que pueda haber para disputar un partido de fútbol. Los estadios en Inglaterra siempre están llenos, igual que en España. En Italia hay mucha menos gente.

Roberto Mancini.
Roberto Mancini.AFP

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Sobre la firma

Eleonora Giovio
Es redactora de deportes, especializada en polideportivo, temas sociales y de abusos. Ha cubierto, entre otras cosas, dos Juegos Olímpicos. Ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS; ha sido colaboradora de Onda Cero y TVE. Es licenciada en Ciencias Internacionales y Diplomáticas por la Universidad de Bolonia y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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