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El Supremo bloquea una gran urbanización en el Cabo de Gata

La Junta amplía las zonas protegidas del parque para frenar el urbanismo

El proyecto para la construcción de Marinas de Aguamarga, la urbanización más ambiciosa de todas las que se proyectan en el parque natural de Cabo de Gata-Níjar, se quedará en el papel. El Tribunal Supremo (TS) ha anulado parcialmente una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) que había validado la construcción de la macrourbanización, frente a la declaración de impacto ambiental desfavorable que dictó la Junta. La consejera de Medio Ambiente, Fuensanta Coves, subrayó ayer que el fallo del Supremo le da la razón a su departamento "en todos sus extremos" y supone una "importantísima victoria jurídica" tras diez años de procesos judiciales.

La promoción contempla 350 viviendas y un hotel con 300 camas

La sentencia, del pasado 12 de diciembre, se conoció ayer a la par que el Consejo de Gobierno andaluz aprobó los planes de ordenación de recursos naturales y rector del parque natural de Cabo de Gata-Níjar, que elevan la protección de los terrenos donde se proyecta Marinas de Aguamarga y también La Fabriquilla. Ambos suelos pasan de ser urbanizables (nivel D) a de especial protección y no urbanizables (nivel B).

No obstante, en el caso de La Fabriquilla, los promotores cuenta con sentencias firmes del Supremo que les autorizan a construir. La nueva ordenación impide igualmente edificar en la zona donde se levantó el hotel Algarrobico, que pasa a ser pública y deberá regenerarse.

La promoción de Aguamarga contempla la construcción de 350 viviendas en 48 hectáreas y un complejo hotelero de 300 camas en una pedanía que supera escasamente los 200 habitantes y que, además de encontrarse en pleno parque natural, está catalogada como Reserva de la Biosfera, zona Hábitat y de Especial Protección para las Aves.

En las normas subsidiarias del planeamiento de Níjar de 1987 (entonces gobernada por el PSOE) los terrenos a desarrollar aparecen clasificados como urbanos o urbanizables. Fue en 1996, coincidiendo con el trámite para la renovación de las normas nijareñas, cuando la declaración de impacto ambiental de la zona aconsejó una nueva catalogación del espacio, motivo por el que la delegación provincial de la Consejería de Obras Públicas denegó la aprobación del nuevo planeamiento.

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La decisión de la Junta abrió un dilatado proceso judicial en el que el Ayuntamiento de Níjar y por el promotor de Marinas de Aguamarga planearon hasta 14 recursos, el penúltimo, aceptado por el TSJA, pero finalmente rechazado por el Supremo.

"El fallo ratifica la lucha que la Junta está haciendo en la protección y conservación de Cabo de Gata", dijo ayer la consejera, quien explicó que la sentencia también estipula que el Gobierno no tiene por qué indemnizar al promotor ni compensar al Ayuntamiento de Níjar con permutas de terrenos.

La consejera expresó su confianza en que el caso del hotel Algarrobico tenga idéntica conclusión.

A la espera del pronunciamiento de TSJA sobre el fondo del asunto, el suelo sobre el que se asienta será ya público (cuando entre en vigor los decretos de los planes aprobados). De momento, hay dos fallos judiciales que favorecen a las tesis del Gobierno y la Junta.

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