Al alcance de todos

La telemedicina es la prestación de servicios médicos a distancia. Esto es posible gracias a las nuevas tecnologías de la información y las telecomunicaciones, que actualmente son capaces de transmitir audio, vídeo, imágenes y documentos de forma prácticamente instantánea. La telemedicina permite, por tanto, que un centro hospitalario o de salud que carece de ciertos servicios pueda acceder a otro que dispone de los especialistas y medios necesarios. De este modo, los pacientes del primer centro pueden ser atendidos por los especialistas del segundo, sin necesidad de desplazarse.

Los expertos atribuyen muchos beneficios a la telemedicina, pero entre ellos resalta el hecho de lograr el diagnóstico de enfermedades, en tiempo real, en lugares de difícil acceso. Esto resulta muy útil, por ejemplo, en zonas rurales en las que los desplazamientos son habitualmente muy complicados e, incluso, se quedan aisladas en determinadas épocas del año. También cobra especial relevancia en medicina de emergencias (desastres humanos y naturales, accidentes), pero también en la atención a enfermos discapacitados y población anciana.

La telemedicina permitirá que todos los ciudadanos puedan acceder a los mejores especialistas

Además, facilita la formación y el contacto entre profesionales para constatar un diagnóstico o pedir una segunda opinión. Posibilita a cirujanos practicar intervenciones sin tener contacto físico con el paciente a través de la telecirugía o seguir la evolución de un paciente. Sin duda, supone un paso más en la investigación y profesionalización del campo de la salud y de la sociedad en general.

Por otro lado, la introducción de sistemas de apoyo al diagnóstico clínico está haciendo posible la implantación de la telemedicina. Estos dispositivos dotan al especialista de la información necesaria para poder evaluar y tomar decisiones sobre la urgencia de cada caso y la necesidad de desplazar al enfermo al hospital. Por ejemplo, modernos ecógrafos portátiles ahorran desplazamientos, costes de hospitalización y permiten enviar imágenes a través de redes de telecomunicación.

La telemedicina es una esperanzadora alternativa de futuro, que en países como Canadá -donde su implantación es ya una realidad- ha permitido reducir hasta en un 40% el número de desplazamientos de los pacientes al hospital, con el consiguiente ahorro de costes sanitarios que conlleva. Una selección eficiente de los pacientes hace que se pueda escoger o dar prioridad únicamente a aquellos enfermos que realmente lo requieren, reduciendo, de este modo, listas de espera al tiempo que se mejora la atención.

En nuestro país, los gestores ven con buenos ojos las ventajas de la telemedicina, y ya se han visto acercamientos con excelentes resultados en algunas comunidades autónomas, destacando el importante esfuerzo que se está haciendo en otras para aplicar la telemedicina a sus despliegues asistenciales, ya que incrementa la cartera de servicios de salud para todos sus ciudadanos y mejora la calidad de los mismos. Los gurús de la telemedicina consideran que su implantación definitiva en España requeriría un replanteamiento del reparto de los recursos y una mayor inversión en tecnología, que a la larga resultaría efectiva desde el punto de vista de la inversión.

En este sentido, diferentes estudios internacionales han puesto de manifiesto que la aplicación de estas técnicas redunda en la descongestión hospitalaria y la racionalización de las listas de espera, reduciendo, además, los costes sanitarios, evitando desplazamientos innecesarios, repetición de pruebas, etcétera.

Lo que no se debe perder de vista es que la telemedicina supondrá una importante mejora social, permitiendo que los ciudadanos de cualquier lugar puedan acceder en condiciones de práctica igualdad a los mejores especialistas y equipos sanitarios, además de optimizar infraestructuras y equipos humanos.

Antonio Martín-Calderín es director general de SonoSite Ibérica.