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"Violencia latente" en las aulas

"Soy profesora de secundaria y me encuentro ante un caso de acoso, agresión verbal, intimidación y amenazas por parte de un alumno. No se cuáles serían los procedimientos legales para enfrentarme a un caso de este tipo. No estoy encontrando la ayuda esperada por parte del centro y no se si sería buena idea poner una denuncia por miedo a las represalias". En el servicio jurídico de la federación de enseñanza de CC OO consultas como esta reciente no son nada excepcionales, e ilustran la sensación de inseguridad que viven muchos profesores en Andalucía.

Desde marzo de 2006 hasta junio de 2007, este servicio recibió 767 consultas. La gran mayoría 625, planteaban cuestiones preventivas de forma genérica, y es que, según la junta de personal docente de la provincia de Málaga, en los centros escolares ha habido que resignarse a vivir en un clima de "violencia latente de baja intensidad".

"En los institutos se dan situaciones que fuera causarían escándalo"

"En algunos centros la situación es insoportable", asevera Javier Derrac, vicepresidente de la Asociación de Profesores de Instituto de Andalucía (IPIA), quien explica que hay casos que explotan y se hacen muy llamativos, como la reciente agresión del hermano de un alumno al director de un instituto de Campanillas, pero que hay una situación de fondo de deterioro de la convivencia, de pérdida de valores, muy desconocida. "Cualquier ciudadano se sorprendería si entrara en un instituto por la ausencia de las formas más elementales de conducta, hay situaciones que causarían un escándalo fuera y que dentro de los centros nos hemos acostumbrado a ver de lo más normal", lamenta.

"Hay más episodios de violencia en la sociedad en general, y eso se traslada a los centros escolares", afirma el presidente de la junta de personal docente de la provincia de Málaga, Félix Martín Bellido. En lo que va de curso, en Málaga se han conocido tres casos de agresiones a profesores.

De los casos llegados al teléfono de atención de CC OO, 63 se refieren a incidentes de convivencia, 21 a insultos y amenazas a los profesores, 12 a agresiones a éstos y cuatro por daños a pertenencias de los docentes. En 36 casos, las actitudes denunciadas eran las de los profesores.

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No hay unas estadísticas que ilustren sobre la dimensión de un problema difícil de por si de reflejar en cifras, pues su verdadero alcance tiene que ver con apectos psicológicos, la amaneza, la intimidación, la inseguridad...Se podrían contar las denuncias, pero como relataba la profesora al servicio jurídico de CC OO, existe temor a denunciar por las posibles represalias.

El pasado noviembre, la Fiscalía del TSJA se comprometió a tratar como delito por atentado contra funcionario público los casos de agresiones a profesores, y no como meras faltas de lesiones. Es un buen paso, según los docentes para que la violencia no acabe por ser lo normal en los institutos, pero no suficiente.

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