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Columna
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Confiar en nosotros mismos

En las últimas semanas Andalucía está apareciendo en los medios de comunicación, en el índice de noticias destacadas, y destacadas en positivo, con que suele iniciarse la información en los distintos medios de comunicación. Hemos aparecido por innovaciones quirúrgicas en los hospitales de Granada, Córdoba, Málaga o Sevilla. Hemos aparecido por descubrimientos que parece que pueden tener una incidencia importante en el tratamiento de enfermedades degenerativas, como los alcanzados por el equipo dirigido por López Barneo, que han sido considerados por Bernat Soria como el primero de otros que vendrán en no mucho tiempo, porque Andalucía ha sido pionera en la investigación en este terreno, porque así se decidió por el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía en su momento, adelantándose a los de las demás comunidades autónomas e incluso al Gobierno de la nación. Él sabe de qué habla por su experiencia político-científica.

Tenemos que acabar con los tópicos que nos han lastrado

Hemos aparecido por nuestra contribución al A-380, cuyo primera entrega se ha hecho la semana pasada. Hemos aparecido por convertirnos en la referencia mundial en energía solar o por la recuperación de la industria naval, que ha tenido que superar una crisis de una intensidad extraordinaria. El listado es puramente ejemplificativo. Son las informaciones que he retenido en mi memoria.

Esta presencia de Andalucía en los medios de comunicación nacionales, porque estas noticias no han aparecido exclusivamente en los medios de comunicación andaluces, sino que han ocupado el lugar que merecían en la información de alcance nacional, e incluso en algunos casos de más allá de nuestras fronteras, puede que no le llame la atención de manera particular a los ciudadanos que tienen menos de cuarenta y cinco años, porque ellos han vivido desde la adolescencia en la Andalucía que ha hecho posible que estas noticias se vivan como algo normal. Pero para los que tenemos algunos o bastantes más años, que Andalucía aparezca con normalidad en los medios de comunicación como generadora de noticias de este tipo es algo bastante nuevo.

Durante mucho tiempo, durante decenios, Andalucía ha aparecido en los medios de comunicación nacionales, como suelen aparecer todavía hoy los países del llamado tercer mundo en los medios de comunicación occidentales. Tiene que haber un terremoto o una inundación, o una hambruna para que se cuele en los informativos una noticia de alguno de esos países. Así ha estado apareciendo Andalucía durante mucho, mucho tiempo, en los medios de comunicación nacionales.

Todavía quedan algunos restos de ese pasado. Invertir una tendencia tan prolongada en el tiempo no se consigue de un día para otro y, sobre todo, no se invierte de una vez. Hace falta un trabajo tenaz, constante, para que la imagen que se acabe fijando de Andalucía deje atrás de manera definitiva la imagen del pasado.

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Y donde tiene que fijarse, en primer lugar, es entre los propios andaluces. Si he estado en contra de la llamada deuda histórica desde el principio, no ha sido sólo por razones jurídicas, porque no creo que figure de ninguna de las maneras en el Estatuto de Autonomía para Andalucía, ni en el estatuto originario ni en el reformado, sino también por razones políticas. Transmitir la imagen de una Andalucía desvalida, que no puede salir adelante si no es con la ayuda de los demás, me parece que no es lo que teníamos que hacer. Ni mirando hacia dentro. Lo que hay que transmitir a los andaluces es que si queremos, podemos. Que ya podemos competir con los demás de tú a tú. Ni mirando hacia fuera. Tenemos que acabar con los tópicos y los prejuicios que nos han lastrado durante tantos decenios. Estamos haciéndolo ya, pero todavía tenemos que esforzarnos más, para borrar en los demás la imagen de una Andalucía que ya no existe.

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