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Un tecnócrata, elegido responsable de la lucha antiterrorista de la UE

La Unión Europea tiene desde ayer en la oscura figura de un eurócrata de 50 años experto en derecho y policía, el belga Gilles de Kerchove, un nuevo coordinador de la lucha antiterrorista. De Kerchove toma el relevo de su anterior jefe, el holandés Gijs de Vries, quien dimitió en marzo alegando razones personales después de tres años de crecientes dificultades con ministros del Interior europeos que se resistían a ser coordinados en materia tan delicada como la seguridad. En De Kerchove, diplomado por la Universidad católica de Lovaina y la Universidad norteamericana de Yale, se ha elegido a un técnico que trabajará en equipo y buscará el segundo plano.

El nombramiento y presentación de De Vries se produjo a bombo y platillo inmediatamente después de los atentados del 11-M madrileño y en presencia de Javier Solana, máximo responsable de la Política Exterior y de Seguridad de la Unión Europea.

La designación de De Kerchove, en cambio, fue hecha pública con un simple comunicado en el que Solana decía con seguridad que el nuevo coordinador "dará valor añadido al trabajo del Consejo en esta área clave para la UE y sus ciudadanos". La exposición mediática y las entrevistas de entonces han sido sustituidas por la discreción con el argumento de que "hay que dejarle que digiera el cargo", según fuentes comunitarias.

El cargo lo conoce De Kerchove como la palma de su mano. Fue hombre de confianza de De Vries, y responsable con él de la cooperación judicial y policial en cuestiones criminales. La diferencia entre ambos es que De Vries tuvo que dar contenido al empleo, lo que le llevó a intensos choques con algunos ministros, y a De Kerchove sólo se le ha pedido que use con cautela los instrumentos a su disposición.

"Se centrará sobre todo en la coordinación y en la puesta en común de las fuerzas de seguridad entre países y otras autoridades, para que haya una cooperación entre todas las instituciones europeas", señala Rui Pereira, ministro del Interior portugués, país que preside este semestre la Unión.

Frente a la labor de liderazgo -bajo el intenso escrutinio de Solana- que en principio se atribuía al zar antiterrorista De Vries, a De Kerchove se le pide pulcritud, discreción y mucha mano izquierda. Su perfil corresponde perfectamente al buscado de alguien de la casa, conocedor de los arcanos del Consejo, la Comisión y la política comunitaria, un hombre llamado a evitar las fricciones. De ahí su silencio de ayer.

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Justificación del silencio

"Tiene que hablar antes con los ministros, con representantes de los países y con la Comisión para ver qué quieren de él", explicaban fuentes comunitarias. "Va a ser un gestor de lo que ya existe y va a coordinar lo relativo al terrorismo en los consejos de ministros de Hacienda, Exteriores, Justicia o Interior", añadieron las mismas fuentes.

A pesar de la discreción del cargo y de que no entrará en el terreno de lo operativo, las distintas policías nacionales, siempre celosas de su autonomía e información propias, seguirán sin dar su confianza a De Kerchove, aventura un diplomático europeo.

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