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Necrológica:'IN MEMÓRIAM'
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Un ejemplo para la abogacía

La muerte nos ha arrebatado a uno de mis predecesores, el excelentísimo señor don Miguel Ramón Izquierdo, cuya vida se extinguió recientemente. Colegiado desde 1943, ingresó con el número 210, número que mantuvo toda su vida.

Fue ejemplo de una vocación temprana. Cuentan sus compañeros de Derecho que, mientras que la mayoría soñaba con alcanzar la magistratura, la notaría o cualquier puesto de similar nivel, Miguel Ramón estudiaba para ser abogado; ejercer de abogado. Ese amor por la profesión se consagró con el honor de representar a todos los colegiados valencianos como decano de esta entidad.

Dotado de un profundo sentido práctico, sus adversarios envidiaban la facilidad que esgrimía para no perder la compostura incluso en las circunstancias más difíciles. Esa habilidad le permitía adoptar el punto de vista del oponente y resolver con toda justicia los asuntos más complicados. Ramón Izquierdo es un ejemplo de los valores que deben presidir el ejercicio de la abogacía y que defendemos desde el Colegio de Valencia.

Durante los primeros años de ejercicio, alternó el negocio familiar con la abogacía, A las seis de la mañana vestía la bata de industrial que sustituía horas más tarde por la toga de letrado. Ese carácter y capacidad de trabajo le acompañó hasta sus últimas horas. Nunca acabó su vida profesional. Seguía en el despacho atendiendo a los clientes, amigos y compañeros de profesión. Siempre fue abogado de corazón y miembro de esta casa, con independencia de la actividad pública o privada que estuviese desempeñando. Además, trabajó como miembro de la Academia Valenciana de Jurisprudencia y Legislación por mejorar las leyes y la justicia.

Ese amor por su trabajo le otorgó el cariño y el respeto de sus compañeros de profesión. Entre otros méritos, se le concedió la gran cruz de San Raimundo de Peñafort por sus esfuerzos en la recuperación de los documentos del antiguo Registro Civil anegado en la riada de 1957. Muchos recuerdan cómo con sus propias manos y las de otros colegiados limpiaron el barro de los archivos y documentos.

Padre y abuelo de abogados. Cabeza de una saga de profesionales que trabajan día a día por seguir la estela de su patriarca. Hoy, su cuerpo reposa en el camposanto, pero su espíritu flota como ejemplo entre los colegiados del ICAV. ¡Recordémosle e imitémosle!

Francisco Real Cuenca es decano del Ilustre Colegio de Abogados de Valencia (ICAV).

Miguel Ramón.
Miguel Ramón.

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