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Reportaje:

Italia se pone en huelga por la pasta

Los consumidores rechazan el encarecimiento de macarrones y espaguetis

Enric González

El mundo ama la Italia típica y tópica. E Italia satisface con regularidad esa devoción internacional, generando noticias de alcance planetario. Ayer, por ejemplo, los italianos fueron a la huelga contra el macarrón, los espaguetis y demás modalidades de pasta, culpables de encarecer de forma dramática la cesta de la compra. El paquete de pasta ha subido hasta 20 céntimos este año.

Buena parte de la población asumió el singular sacrificio y renunció a su alimento más querido

Dicho así, no parece tan grave. Pero cada italiano consume 1,4 kilos al mes. Echando mano de esa estadística, las organizaciones de consumidores calculan que el aumento supondrá en 2007 un gasto adicional de 700 euros por familia, sumando a la pasta otros derivados del cereal, como el pan o la bollería.

El Gobierno de Romano Prodi intentó hasta última hora evitar la protesta cívica, y el miércoles por la noche arrancó a las grandes cadenas de distribución la promesa de congelar precios hasta diciembre. El esfuerzo resultó inútil. Fusilli, mezzemaniche, strozzapreti y farfalle amanecieron ayer proscritos. El seguimiento de la protesta no fue masivo. Buena parte de la población, sin embargo, asumió el singular sacrificio y renunció de forma significativa a su alimento más querido. Las organizaciones de consumidores (Adusbef, Codacons, Adoc y Federconsumatori) estimaron que las ventas de pasta y pan se redujeron un 50%.

Como en todas las grandes cuestiones, el Gobierno se mostró dividido. Mientras los ministros de Industria y Agricultura intentaban sofocar la protesta, el ministro de Justicia, Clemente Mastella, proclamó su decisión de renunciar, por una jornada, a los paccheri alla ricotta, su plato favorito. "Lo hago por convicción", declaró Mastella. Lo cual, viniendo de un político que antes de cada elección olfatea los sondeos para decidir si se alía con la derecha o con la izquierda, significa mucho.

Ciertos datos conceden razón a los consumidores. Como el precio del pan, que ha aumentado un 750% en dos décadas y que este año se ha encarecido, en algún caso, hasta un 50%. Los panificadores se escudan en la subida de la harina, pero ésta no ha subido más que un 13%. En lo tocante a la pasta, el quid de la cuestión, se desata la guerra de cifras. Las organizaciones de consumidores aseguran que el grano duro costaba el equivalente de 23 céntimos por kilo hace 20 años, y 22 céntimos ahora. Los fabricantes dan cifras muy distintas: "En junio comprábamos la tonelada de grano a 190 euros, tres meses después cuesta 315 euros", explicó Francesco Divella, empresario del sector.

Los restauradores se mostraron solidarios con la protesta, aunque no la secundaran: si se eliminan de la carta los platos de pasta, queda poca cosa. "Alguien tiene que controlar todo esto".

En una de las más célebres comedias italianas, Un americano en Roma, Alberto Sordi desahogaba sus frustraciones con un plato de pasta. "Maccarone, tu m'hai provocato e io ti distruggo", decía el mítico Albertone, enfrentándose, en realidad, a unos espaguetis. La pasta parece asumir de nuevo la función de chivo expiatorio para aplacar las iras de los consumidores, azuzadas por varios años de subidas salvajes de todo tipo de productos, comestibles o no. La adopción del euro fue aprovechada para realizar artísticos redondeos en los precios, de forma que el café, por citar un producto de primera necesidad (al menos en Italia), duplicó su precio.

La inflación oficial debería rondar el 1,7% en 2007. La inflación en los precios de los alimentos se acercará al 20%. Teniendo en cuenta que la gasolina italiana es la más cara de Europa, que la vivienda está por las nubes, que las hipotecas suben como en todas partes y que la comida cuesta lo que cuesta, el 1,7% oficial constituye un milagro, en el sentido de que desafía todo análisis racional.

Organizaciones de consumidores reparten pasta gratuitamente, ayer en el centro de Roma.
Organizaciones de consumidores reparten pasta gratuitamente, ayer en el centro de Roma.ASSOCIATED PRESS

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