Nadie quiere a Riquelme
El Villarreal está dispuesto a tenerlo en la grada si no logra traspasarlo
El Villarreal está dispuesto a tener dos años a la sombra a Riquelme, sin jugar en las dos campañas que le quedan de contrato, pagándole los cuatro millones limpios que gana por curso, si no consigue traspasarlo antes del 31 de agosto, fecha límite para incorporar futbolistas en Europa. Esa decisión está tomada en el club castellonense por mucho que su presidente, Fernando Roig, dijera ayer lo que tenía que decir: "Román Riquelme se va a incorporar a la plantilla el 16 de agosto [mañana], tras su participación en la Copa América, que Argentina perdió en la final contra Brasil. Va a realizar la pretemporada como el resto de los jugadores". Es es el mensaje oficial.
La realidad es que el Villarreal se niega a que el mediocampista argentino, de 29 años, vuelva a vestirse de amarillo. No le perdona lo que entiende fueron desplantes, el curso pasado, al dueño del club antes de irse cedido al Boca y resurgir como estrella de la sexta Copa Libertadores que ganó el club xeneize al Gremio de Porto Alegre. Después regresó a la selección tras haber anunciado que no volvería, y destacó en la Copa América de Venezuela, que Argentina perdió.
"Lo pasamos fatal cuando se fue. Estuvimos cerca del descenso y nos costó muchísimo aprender a jugar sin él. Ahora que lo hemos conseguido, no queremos que vuelva. El dinero para pagarle está ahí aparcado", explica una fuente de la entidad amarilla. El Villarreal, en efecto, terminó embalado la temporada, con ocho victorias consecutivas, clasificándose quinto, y así sigue en esta pretemporada.
Roig no quiere volverlo a ceder a Boca tal como pretendían el club bonaerense y el jugador. Y vería con buenos ojos traspasarlo por unos ocho millones. A principios de verano negoció con el Atlético un pase que no se concretó, entre otras razones, por la negativa del futbolista a jugar en otro equipo que no fuera su querido Boca.
Roig reconoció ayer que la relación en los últimos 12 meses con el jugador se "deterioró" después de que, en los tres primeros, se lograra la histórica clasificación para la semifinal de la Champions. "Las relaciones no llegaron a buen término y esto está por encima de todo", subrayó el dirigente.
Riquelme, que ayer tenía previsto volar a España, mantiene el pulso desde hace meses con el dueño del Villarreal. Futbolista genial, de personalidad desbordante dentro del campo y controvertida fuera de él, fue el niño mimado de Roig en un idilio en el que ambos se dieron mucho. El Madrigal le ofreció un ambiente plácido y relajado donde volver a ser ese mediocampista único cuya carrera había encallado en el Camp Nou. Y Román correspondió con un recital de pases y goles para un equipo que Manuel Pellegrini diseñó a su medida. El divorcio llegó cuando la convivencia se tornó insoportable.
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