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Los nuevos líderes europeos lucharán por colocar a sus candidatos

La designación de un nuevo candidato para tomar las riendas del Fondo Monetario Internacional (FMI) impulsa a los líderes europeos a tomar posiciones. Algunos expertos aventuran que los nuevos líderes de Francia, Nicolas Sarkozy, y Reino Unido, Gordon Brown, pujarán fuerte por dejar marca ya desde el principio y conseguir que un compatriota tome el relevo.

Diversos analistas y responsables financieros consultados por medios especializados daban por hecho ayer que se va a librar una intensa batalla política en Europa por lograr el nombramiento del futuro director gerente del Fondo, sucesor de un Rato que en 2004 relevó al alemán Horst Köhler, heredero a su vez en 2000 del francés Michel Camdessus. El candidato europeo debe contar con el consenso de la Unión y la primera ocasión de abordar el asunto se presentará los próximos días 9 y 10, cuando los ministros de Finanzas europeos se reúnan en Bruselas. La cita se verá realzada con la presencia de Sarkozy, orgánicamente impelido a dejar huella allí por donde pasa.

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Ninguno de los nueve directores del Fondo ha sido británico, frente a tres franceses, lo que en las primeras quinielas da ciertas posibilidades a Andrew Crockett, antiguo director gerente del Banco Internacional de Pagos y hoy presidente de JP Morgan Chase International. Así sería como el nuevo primer ministro británico se haría valer. Otra posibilidad sería volver a dar entrada, como al principio de la historia del Fondo, a directores de países pequeños.

Mantener la potestad

La Comisión Europea no comentó ayer la anunciada dimisión de Rato como director gerente del FMI, pero dejó claro que desea que el cargo siga siendo ocupado por un europeo, como quiere la historia del organismo, cada vez más enfrentada a quienes reclaman el fin de ese monopolio.

Tras reconocer que el Ejecutivo comunitario, por no ser miembro del FMI, no tenía nada que opinar sobre la salida de Rato, Amelia Torres, la portavoz de Joaquín Almunia, comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, declaró: "Confiamos en que la UE identifique a un sucesor adecuado para asegurar que el importante proceso de reforma que ha empezado en el FMI llegue a buen puerto". Respondía oblicua, pero nítidamente, a la pregunta de si Europa estaba a favor de las voces que reclaman el fin del reparto de poder establecido en Bretton Woods, que durante más de 60 años ha colocado al frente del Banco Mundial a un estadounidense y a la cabeza del Fondo a un europeo, en correspondencia a que Estados Unidos y Europa son los principales contribuyentes financieros a ambas instituciones. La UE quiere que se mantenga el actual estado de cosas.

A dificultar el cambio de hábitos contribuye el reciente relevo en el Banco Mundial donde, con la unanimidad del consejo, el estadounidense Robert Zoellick ha recogido el testigo del defenestrado Paul Wolfowitz, cargo que empezará a ejercer con la entrada de julio.

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