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Reportaje:

Los 3.000 metros, cima de la FIFA

Blatter eleva el límite de la altura a la que pueden jugarse partidos mundialistas

La FIFA suavizó ayer su veto del pasado 27 de mayo al fútbol en altura al elevar el límite permitido desde los 2.500 metros iniciales hasta los 3.000 sobre el nivel del mar. Las protestas de los principales países afectados, a los que se unieron progresivamente los de mayor peso en la Confederación Suramericana, como Argentina y Brasil, han forzado al máximo organismo a ser más flexible. No obstante, siguen siendo imposibles los encuentros de la Copa del Mundo o clasificatorios para ella en ciudades como La Paz (Bolivia), situada a 3.632 metros, o Cuzco (Perú), a 3.399. En cambio, se habilita a Bogotá (Colombia), a 2.640, y Quito (Ecuador), a 2.800, y a algunas ciudades bolivianas, como Sucre y Cochabamba, a 2.800 y 2.570 respectivamente.

El dirigente de la FIFA, el suizo Joseph Blatter, tiene previsto dar hoy explicaciones personalmente en Zúrich a Evo Morales, el presidente de Bolivia, que ha encabezado con fervor las quejas y las manifestaciones emprendidas en contra de las limitaciones impuestas.

Con el argumento de proteger la salud de los deportistas, la FIFA prohibió hace un mes que se jugaran partidos mundialistas a más de 2.500 metros. Blatter defendió entonces esa medida alegando que los futbolistas de los equipos visitantes no cuentan con tiempo suficiente para adaptarse a la altitud. "Sin tiempo para aclimatarse", dijo, "su salud puede sufrir. Nunca hemos dicho que no se pueda jugar. Se trata sólo de las eliminatorias del Mundial. Las Ligas nacionales y otras competiciones se pueden disputar donde se quiera". La medida de la FIFA creó división de opiniones en el mundo del fútbol. Xabier Azkargorta, ex seleccionador boliviano, criticó la prohibición, mientras que José Pékerman, ex entrenador de Argentina, se mostró de acuerdo con la nueva reglamentación.

Tras esa determinación de la FIFA, los países andinos protestaron con fuerza y encontraron enseguida el apoyo de la Confederación Suramericana en general y en particular el de Argentina y Brasil, que en el pasado habían dado a entrever su deseo de que no se jugasen partidos en altura al considerar que lo hacían en inferioridad de condiciones ante sus rivales. Así, la Confederación pidió de forma oficial el pasado día 15 que se anulase esa prohibición.

La presión andina logró que la FIFA reconsiderase ayer su acuerdo y elevase el límite hasta los 3.000 metros. Aun así, Blatter insistió en que su organismo "está preocupado por proteger a los jugadores" y añadió que tiene la responsabilidad de conseguirlo.

Además, Blatter explicó que la FIFA celebrará precisamente del 25 al 28 de octubre próximo una conferencia sobre deporte a gran altura.

La cita permitirá analizar la influencia y los efectos que tienen sobre la salud de los jugadores aspectos como el calor, el frío y la humedad.

Por otra parte, el comité ejecutivo nombró ayer al francés Jerome Valcke nuevo secretario general en sustitución del suizo Urs Linsi, que dimitió el pasado día 11.

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