"Quien pone el coche a punto soy yo"
Alonso dice que Hamilton se aprovecha de su trabajo al utilizar los parámetros que él aplica
Los gestos que tanto Fernando Alonso como Lewis Hamilton realizaron al final del Gran Premio de Estados Unidos no engañaron a nadie. A pesar de que los dos pilotos de McLaren Mercedes aparecieron abrazados en el podio, la cara del español no podía esconder la decepción que sintió por no haber superado a su compañero en una carrera mítica como la de Indianápolis. La diferencia entre ambos en el Mundial de fórmula 1 es ahora de 10 puntos. Tal como van las cosas, eso significa que Alonso debería ganar un mínimo de cinco carreras para enjugarla. ¿Porque alguien imagina que, si él ganase, Hamilton no sería el segundo?
La situación se complica. Se han disputado ya siete grandes premios y quedan diez. Ferrari está descolgado: la ventaja de Hamilton sobre Felipe Massa es de 19 puntos y sobre Kimi Raikkonen de 26. En el fondo, Alonso les necesita para ir restando puntos a Hamilton. Sin embargo, lo que el asturiano quiere más que nada es recuperar el sabor de la victoria. Se aferra al hecho de que cada vez se siente más identificado con su bólido y sabe cómo sacarle el mejor rendimiento para confiar en que el regreso de la competición a Europa le permitirá recobrar el liderato.
"Mi Mundial empieza ahora", afirma el español, seguro de enjugar en Europa su desventaja
"Ahora empieza realmente mi Mundial", dijo Alonso en la cadena SER; "Francia, Gran Bretaña, Alemania y Hungría son carreras que me gustan y que he ganado alguna vez. Siempre he ido bien allí. Y confío en que todo volverá a salirme bien". Aunque afirmó que en el equipo el ambiente ha mejorado en relación a las últimas semanas -"se cuidan un poco más los detalles"-, Alonso insistió en que Hamilton se aprovecha mucho de su trabajo de los viernes porque los ingenieros le pasan toda la telemetría y reglan sus coches en base a los parámetros que aplica el ovetense. "A mí también me dejan su telemetría", reconoció luego, "pero quien pone el coche a punto los viernes soy yo".
A pesar de todos los gestos, el ambiente en McLaren sigue siendo irrespirable. Aunque no lo ha confesado porque le obligan a mantener las formas en sus declaraciones públicas, Alonso no está conforme con la política del equipo. Tras la carrera, esgrimía dos motivos de queja: por un lado, nadie abrió la boca cuando Hamilton le cerró el paso en la vuelta 38ª de una forma que él considera inapropiada; por otro, tenía gasolina para dar tres vueltas más cuando le obligaron a entrar en el segundo repostaje, como delata el hecho de que estuviera seis décimas de segundo menos que Hamilton parado en su box. Esos tres giros con neumáticos blandos y el británico con duros podrían, en teoría, haberle concedido los segundos necesarios para salir por delante de su compañero.
La sucesión de los hechos evidencia hasta qué extremo la lucha entre ambos es encarnizada. En las salidas de los grandes premios de España y Canadá, Alonso trató en vano de adelantar a Hamilton en la salida. La calidad y la pericia de éste se lo impidieron. Y en Mónaco la queja de Hamilton fue similar a la de Alonso ahora. "No entiendo por qué sólo pude dar tres vueltas más que Fernando en el primer repostaje si habíamos programado que daría seis más", esgrimió. En todo caso, el toma y daca está resultando excepcional.
Martin Whitmarsh, director general de McLaren, reconoce que Alonso estaba frustrado tras la carrera de Indianápolis porque el equipo no había interferido en la pugna por la victoria a pesar de que él, en el vuelta a vuelta, fue más rápido que Hamilton. "Francamente, durante todo el fin de semana e incluso a mitad de carrera, Alonso fue un poco más rápido que Lewis", indicó Whitmarsh; "pero éste hizo un fantástico trabajo en la cronometrada, realizó una gran salida en la carrera y luego defendió con fiereza su posición en varias ocasiones".
La cuestión es que Hamilton volvió a ganar sin cometer ni un error frente a un Alonso que acabó muy satisfecho del rendimiento de su coche y de subir al podio por primera vez en Indianápolis. Pero, al tiempo, el español concluyó con la preocupación de saber que deberá hacer algo más para superar a Hamilton. El británico ha sido más certero y Alonso sabe que en Europa ya no puede volver a fallar.
