Samba a ritmo de mafia

Para los cariocas, habitantes de Río de Janeiro, el evento más importante del mundo es su carnaval, y la competición de escolas de samba que durante varias noches desfilan por el sambódromo adquiere paradójicamente las características de una liturgia casi sagrada en una fiesta que debería resaltar lo mundano.

Los agentes hallaron 1,5 millones de euros ocultos en un piso donde se guardaban regalos para el jurado

Por eso mismo, la investigación oficial sobre la influencia de la mafia en la fiesta, hasta el punto de amañar el resultado final y designar a la escola vencedora, ha caído como una losa no sólo en la ciudad del fútbol de fantasía y las playas de ensueño sino en todo el país. La Policía Federal investiga si las amenazas y regalos recibidos por miembros del jurado por parte de personas conectadas con la mafia local influyeron en el resultado de este año, en que la escola Beija-Flor logró el triunfo.

El carnaval, en su desmesura, es mucho más que una fiesta. El desfile es retransmitido durante días en directo por las televisiones que lo comentan con la misma precisión de una reñida competición deportiva. Es un escaparate que incluso en ocasiones anteriores fue aprovechado por políticos locales y foráneos, como el venezolano Hugo Chávez, que en 2006 patrocinó a la escola vencedora en una de las categorías. Y en las calles y garitos clandestinos de Brasil corre dinero de las apuestas sobre quién vencerá. Mucho dinero. Además, de forma teóricamente legal, se mueven ingentes sumas en patrocinios y subvenciones.

Según un informe de la División de Contrainteligencia de la Policía Federal que ha llegado a los medios brasileños y a manos de la fiscalía, varias personas relacionadas con la mafia de las tragaperras estarían implicadas en la trama de presión al jurado; se alternaban los regalos con la actuación de pistoleros. La policía ha interceptado conversaciones entre un corredor de apuestas clandestinas con el ex presidente de la Liga Independiente de Escuelas de Samba y con un abogado sobrino de éste. Todos comparten un interés por la victoria de la agrupación que finalmente resultó ganadora, y haber sido puestos entre rejas en una operación policial llamada Huracán.

El ex presidente de la Liga, Aílton Guimarães, y el corredor de apuestas, Aniz Abraão, son considerados cerebros del fraude. Guimarães además era secretario general de la Asociación de Bingos del Estado de Río, y fue acusado en el pasado de desviar fondos para sobornar a la policía y para la financiación ilegal de campañas políticas. El sobrino, Júlio César Guimarães, era responsable de la elección de los jurados y ordenó que a éstos se les facilitara un lote de regalos, que la policía ve como soborno. En una de las cintas se habla de un piso franco en Río donde están los lotes. Fue allí donde los agentes descubrieron tras un falso muro cuatro millones de reales (1,5 millones de euros). El abogado dice que la suposición de la policía es "absurda" y que los lotes mencionados eran de camisetas con la palabra Jurado, así como reglamentos del concurso.

El escándalo ha trascendido a la política. El prefecto de Río, César Maia, niega haber pagado ninguna comisión a los participantes en el desfile, tal y como apunta un comité parlamentario de Investigación que entrega los balances de la ciudad al Tribunal de Cuentas. El lunes el comité escuchó el testimonio de los 40 jurados del Carnaval. La presidenta del comité, Teresa Bergher, ha advertido de que es muy posible que controlen también anteriores carnavales.