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Vandenbroucke, en estado grave tras intentar suicidarse

La crónica de dopaje se transformó ayer en crónica de sucesos. Franck Vandenbroucke, el corredor belga que amagó con hacer algo grande con sus hazañas en clásicas como la Lieja-Bastoña-Lieja de 1999 cuando, socarrón, adelantó por televisión en qué repechos atacaría, se intentó suicidar atiborrándose de medicamentos. Sus problemas en una rodilla le deprimieron tanto que su psicólogo, Jeff Brouwers, se declaró incapaz de ayudarle. "Le ha devorado completamente", resumió el médico.

El corredor del Aqua & Sapone, de 32 años, vivía solo en una casa cerca de Milán. Tenía problemas familiares. Insalvables. Sobre todo desde que, en julio de 2004, en medio de una crisis de nervios, disparase al techo de su casa con una escopeta en plena discusión con su mujer. Otra versión, apoyada por el padre del corredor, afirma que VDB, acrónimo de su apellido, simuló su muerte durante una discusión telefónica con su esposa.

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Tiempo después, el 27 de febrero de 2002, la policía encontró en su domicilio un arsenal de sustancias dopantes, desde EPO a morfina y clembuterol. Firme en su descenso a los infiernos, en 2002 le retiraron dos veces el carné por conducir ebrio. El año pasado, nada más despedirle el Unibet.com, se presentó en una carrera de aficionados con licencia falsa. En ella figuraba, junto a una foto de Tom Boonen, el nombre de Francesco del Ponte. La versión italiana de su nombre.

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