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Elecciones 27M

La izquierda invierte la tendencia en las zonas rurales

El PP pierde su histórica hegemonía en Baixo Miño y retrocede en la Costa da Morte

Las elecciones municipales han derrumbado una de las tendencias, y de los tópicos, más recurrentes a la hora de analizar el mapa político gallego: la fortaleza del Partido Popular en el rural. Tal y como revela la pérdida de la Diputación de Lugo, que quedará en manos del PSOE con apoyo del BNG, y lo cerca que ha estado la izquierda de conquistar la de Pontevedra, los tres centenares de ayuntamientos no urbanos de Galicia revierten su tradicional conservadurismo. Apenas la fortaleza de José Luis Baltar, que repetirá mandato en la institución provincial ourensana, certifica que el PP ha subido en las ciudades pero no en pueblos, aldeas y villas, al mismo tiempo que se descubre la inclinación de los gallegos del interior a votar a las fuerzas que ocupan el poder en San Caetano.

La suma de votos de PSOE y BNG supera al PP por primera vez en la provincia de Ourense
Los conservadores sólo aumentan número de ediles en cuatro corporaciones de Lugo

Los 17.000 votos que la derecha ha perdido en la provincia de Lugo se traducen en que únicamente aumentan el número de ediles en cuatro corporaciones, las de Sarria, Castroverde, O Corgo y Folgoso do Caurel. La longeva hegemonía socialista en las zonas de montaña se afianza, y Navia de Suarna, Becerreá y A Pontenova pasan a manos del PSOE. En A Mariña, Burela descabalga al PP de la alcaldía, mientras García Rivera paga la factura por los escándalos urbanísticos en Foz y pierde la mayoría absoluta. En Ribadeo, la coalición de izquierdas del gobierno se invierte y el mandato pasará al BNG con apoyo de los socialistas, al igual que en Mondoñedo.

El avance socialista se confirma en Chantada, que regirá un bipartito, y en toda la comarca de A Ulloa el PSOE crece en concejales. Si en Palas de Rei quedó a dos votos de la victoria, en Monterroso amplía la mayoría absoluta que ostenta desde 1999. Los socialistas ocupan, además, espacios en lugares vedados para la izquierda casi desde los primeros comicios y gobernarán A Pastoriza o Pol, mientras Pobra do Brollón puede ir para el BNG. La Terra Chá es la única comarca donde los conservadores retienen apoyos abrumadores en Vilalba, Cospeito, Xermade y Outeiro de Rei.

Aunque Lalín permanece en manos del PP, y se convierte en la segunda villa gobernada por la derecha de más habitantes, después de Ribeira, los conservadores ceden en el interior de la provincia de Pontevedra plazas fuertes como A Estrada y Silleda. La península de O Morrazo registra un alza del nacionalismo, que se hace con la mayoría absoluta en Bueu, a pesar de que saliera derrotado de una moción en el verano de 2004, y dirigirá concellos de coalición en Moaña y, junto a la Agrupación Canguesa de Esquerdas que logra tres ediles, en Cangas. En Nigrán, Gondomar, A Guarda o Salceda de Caselas -donde el BNG provoca la caída de José Manuel Fernández Rodríguez, en el puesto desde el franquismo-, la polémica urbanística repercutió en la perdida de poder del Partido Popular. Cambados, Baiona y Vilanova de Arousa continúan bajo mandato conservador y en Ponteareas se perfila un pacto del PP contra la lista más votada, el BNG. Con todo, la subida de Corina Porro en Vigo sitúa al PP con 10.000 sufragios más en la provincia de Pontevedra que en las elecciones anteriores de 2003.

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La suma de votos de PSOE y BNG en la demarcación provincial de Ourense supera por primera vez a los sufragios emitidos a favor del PP. Sin embargo, el gobierno de la Diputación Provincial recaerá, una vez más, en José Luis Baltar, al tiempo que su partido conquista Verín, en manos de una candidatura independiente después de una moción de censura apoyada por PSdeG y Bloque durante la última legislatura. Los nacionalistas encabezarán las corporaciones de Maceda, A Bola y Rairiz de Veiga, además de reforzar sus mayorías en los feudos habituales de Vilar de Santos y Allariz. El ascenso global de los socialistas gallegos también se refleja en la provincia interior de Galicia y llegan a las alcaldías de Maside, Piñor, Parada de Sil, Manzaneda, San Xoán de Río, Calvos de Randín, Coles, Cortegada, A Mezquita, Punxín y Vilariño de Conso.

La caída del PSOE en la capital coruñesa y en Santiago de Compostela no ha impedido el aumento de un diputado provincial socialista y otro nacionalista, que deja la institución bajo mando bipartito. El PP retrocede en la Costa da Morte, aunque sólo pierde la mayoría absoluta en Cee, salpicado por las ilegalidades urbanísticas, y en Muxía, el pueblo que los conservadores convirtieron en emblema tras unas elecciones, las de 2003, marcadas por el Prestige.

La comarca de Ferrolterra gira a la izquierda y el Bloque consolida Mugardos mientras cede, en favor del PSOE, el histórico feudo de Fene, que regía desde las primeras elecciones de la democracia actual. Terra Galega, la formación promovida por el primer edil de Narón, Xoán Gato, encuentra en la zona su hábitat y queda en primer lugar en Neda, hasta ahora socialista, y aparece en Valdoviño.

En Arzúa el BNG pasa de la alcaldía con mayoría simple a la mayoría absoluta, y en Melide gobernará coaligado con un concejal del PSOE. Toques tendrá un tripartito de PP, PSOE y BNG contra la agrupación del actual alcalde, condenado por abusos sexuales.

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