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Valencia acumula facturas sin presupuesto por 150 millones

El PSPV denuncia el "agujero negro" que engorda la deuda

Sara Velert

El Ayuntamiento de Valencia gasta por encima de sus posibilidades y más allá del presupuesto que aprueba cada año, según denunció de nuevo ayer el grupo municipal socialista. El interventor local reconoce que en 2006 se acumularon facturas por 65,2 millones de euros sin cobertura presupuestaria. Una deuda "guardada en el cajón" que el PSPV-PSOE calcula en no menos de 150 millones.

La deuda contraída por el equipo local del PP que preside Rita Barberá a través de préstamos bancarios asciende a 812 millones de euros. Sin embargo, esa no es la deuda total, ya que el Consistorio tiene pendientes de pago facturas de 2006 que no han sido cubiertas con el presupuesto correspondiente y varias sentencias que implican un desembolso imprevisto. "Un auténtico agujero negro", en palabras del portavoz socialista, Rafael Rubio, quien criticó una vez más la práctica del PP de amontonar gastos sin consignación presupuestaria para luego reconocer el pago en un ejercicio posterior, en el que también se acumulan facturas más allá del dinero disponible.

A 31 de diciembre de 2006, las "facturas abandonadas en un cajón" y pendientes de pago alcanzaban los 65,2 millones de euros. Así lo reconoce el interventor municipal en respuesta a una pregunta escrita del concejal socialista Juan Ferrer, que ayer aumentó esa cifra a no menos de 150 millones de euros. Según sus cuentas, "es incluso probable" que los recibos sin cubrir por el presupuesto asciendan a 192 millones de euros. Ferrer explicó sus propios números a partir de documentación municipal, mientras que el concejal de Hacienda, Silvestre Senent, es probable que dé hoy su respuesta a las críticas socialistas, según fuentes del Consistorio.

Para empezar, dijo Ferrer, a los 65,2 millones habrá que sumar gastos no cubiertos en noviembre y diciembre de 2006, ya que hay contratas que tardan en facturar sus servicios. Preguntado el interventor, éste contesta que "no hay forma de saberlo aún", aunque Ferrer calculó, en función de las previsiones de gasto mensuales de teléfono, electricidad o limpieza, entre otros conceptos, un total de 18,2 millones de euros pendientes. En el cajón aguardan también facturas judiciales por 29 millones de euros, ya que la justicia ha condenado al Ayuntamiento a desembolsar 14 millones por no haber invertido en vivienda social las ganancias de la subasta de una parcela municipal, y otros 15 millones se deben a colegios privados por otro contencioso en los tribunales.

Ferrer añadió 33,7 millones de euros para cubrir el déficit de la EMT, entre otros gastos. Total, "un déficit seguro de 150 millones de euros y probable de hasta los 192", que surgirían al sumar desfases en el montante de lo presupuestado para las contratas y la transferencia al ente metropolitano para pagar el tratamiento de la basura, entre otras variables.

Así las cosas, toda factura que se saque del cajón "será a cuenta de desplazar o aplazar el pago de gastos de 2007", subrayó el concejal socialista. Son "gastos producidos ya" para los que el Ayuntamiento no ha previsto "cobertura", añadió el portavoz municipal.

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Balance por publicar

El interventor tendrá listo el balance presupuestario en torno al 15 de mayo, por lo que "tendría que convocarse la comisión de Hacienda" para que la oposición conociera los datos, afirmó el concejal socialista Juan Ferrer. El responsable de la hacienda local, Silvestre Senent, "no tiene interés en que los ciudadanos y la oposición tengan conocimiento exacto de la situación patrimonial el Ayuntamiento", opinó Ferrer, convencido de que las cifras de la contabilidad local no se conocerán hasta después de las elecciones. Una pesada herencia para el equipo de gobierno que surja de las elecciones del próximo 27 de mayo.

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Sobre la firma

Sara Velert
Redactora de Internacional. Trabaja en EL PAÍS desde 1993, donde ha pasado también por la sección de Última Hora y ha cubierto en Valencia la información municipal, de medio ambiente y tribunales. Es licenciada en Geografía e Historia y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS, de cuya escuela ha sido profesora de redacción.

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