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El primero de los dos grandes conciertos de aniversario de la Sinfónica de Galicia

La Sinfónica de Galicia presentó juntos el pasado sábado sus tres coros (mixto, juvenil e infantil) en el primero de los dos grandes conciertos conmemorativos de su 15º aniversario. Presidieron el acto el Presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño; el conselleiro de Presidencia, José Luis Méndez Romeu, y el alcalde de A Coruña, Javier Losada.

De Terra Galega, del gran compositor argentino Juan José Castro, una obra dedicada a su padre, gallego emigrante, llenó la primera parte. Es una composición muy bien construida sobre temas de inspiración popular, con escasas y prescindibles intervenciones corales y un aire que por momentos recuerda -ese solo de trompeta con sordina contestado por el oboe- alguna obra de Manuel de Falla. Pero en ella parece faltar ese algo que no llega ni con el final.

Los Carmina Burana tuvieron una versión de bastantes quilates. La orquesta respondió con su reconocida gran capacidad cantabile y una ductilidad a prueba de bomba. De los coros, la belleza de timbre de las voces infantiles sedujo. Ganó color el de los mayores, con reforzamiento en calidad y cantidad de las voces de hombre.

Rosique tiene una voz bien esmaltada, más adecuada para sus primeras intervenciones que para el atentado contra soprano que supone el Dulcissime, que salvó más que dignamente; Domènech llenó de emoción su parte, más allá del aire cómico que tantos le dan; y Mohr imprimió gran carácter a la suya, con una voz llena, redonda y siempre bien colocada.

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