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Sindicatos de todo el mundo exigen una regulación internacional de los fondos de inversión especulativos

La comisión sindical consultiva de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) hizo ayer un llamamiento para que se desarrolle una "regulación internacional" de los fondos de inversión más especulativos ante la creciente amenaza que, en su opinión, suponen para las empresas y los asalariados. El llamamiento lo apoyan la Confederación Sindical Internacional (CSI), que aglutina a 168 millones de afiliados de los cinco continentes, y otras seis federaciones sindicales, entre ellas la Confederación Europea de Sindicatos y organizaciones norteamericanas y japonesas.

El secretario general de la comisión de la OCDE, el británico John Evans, afirmó que el espectacular crecimiento de los hedge funds (inversiones en operaciones bursátiles de riesgo elevado), y de los fondos de capital inversión o private equity (fondos dedicados a la compra de empresas que vende en poco tiempo) pone en riesgo "la seguridad del empleo y el derecho a pensiones de los asalariados". El temor de los sindicatos es que la subida de los tipos de interés restrinja los recursos financieros para este tipo de operaciones, un estrangulamiento que arrastraría a las empresas, cada vez más numerosas y de mayor dimensión, en las que han invertido estos fondos.

El crecimiento de los hedge funds y los private equity se ha alimentado por la facilidad con la que los gestores han logrado grandes cantidades de dinero prestado para acometer sus compras. Los sindicatos critican con especial dureza el efecto de los fondos de capital inversión, que según la consultora Dealogic, alcanzaron en 2006 los 600.000 millones de dólares, un 70% más que el año anterior. "Se logran altos ingresos reduciendo las compañías a sus funciones más básicas, la explotación de los beneficios fiscales y de la deslocalización", argumentó Brendan Barber, líder sindical británico en una tribuna publicada el viernes por el Financial Times. Un lavado de cara, con despidos incluidos, que permite vender la compañía a un precio ventajoso a los pocos años.

Los sindicatos llevarán su reclamación a la próxima cumbre del G 8, que se celebrará en junio bajo presidencia alemana.

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