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El día que Guti y Messi se hicieron grandes

El centrocampista puso el fútbol de un Madrid que no ganó por culpa del delantero argentino

Fue irse Guti, aparecer Messi y perder el Madrid una victoria que tenía en la mano. El delantero argentino se convirtió en el salvador de un Barça que naufragó durante un buen trecho del partido. Firmó los tres goles de su equipo y, cuando parecía que perdía fuelle, se inventó la jugada del 3-3, la del empate, la que dejaba al Barça en el último momento sin una derrota que se había ganado a pulso en la segunda parte.

Su velocidad fue un tormento para el Madrid, que acabó muerto.

- Guti. Tomó el mando del partido desde el inicio y su sombra se agigantó en el Camp Nou. Guti se inventó ayer un partido fabuloso, convertido en el líder del Madrid. Perfecto en el manejo, se descubrió en su mejor versión, ésa que no admite discusión. Su grado de participación lo demuestra que fuera objeto de nueve faltas. Logró que pareciera que el juego del Madrid tenía un guión, el que él escribió. Sacó la falta que Sergio Ramos convirtió en gol y acabó tocado, retirándose por culpa del esfuerzo y de la estopa recibida. Fue irse él y perder el Madrid la brújula, hasta el punto de que se esfumó el triunfo.

- Eto'o. Rápido, desequilibrante, valiente, le hizo un descosido al Madrid en el costado izquierdo, donde Salgado vivió una pesadilla. Le faltó el gol o, por mejor decir, le sobró Casillas. El portero se le agigantó en sendos mano a mano. Firmó el pase en profundidad a Messi en el primer gol. Y en el segundo conectó con Ronaldinho a un toque para que éste disparara y el propio Messi aprovechara el rechace de Casillas. Rijkaard optó por prescindir de él en el descanso en una decisión cuanto menos discutible, por mucho que el camerunés no esté para demasiados minutos.

- Sergio Ramos. Atento, rápido en el cruce y potente en el juego aéreo, tapó varios agujeros que le abrieron sus compañeros. Se le fue la mano en una patada a Ronaldinho al inicio del choque, pero su actuación en la segunda mitad, barriendo todo el frente defensivo, resultó portentosa. La guinda la puso con el cabezazo que significó el tercer gol del Madrid.

- Ronaldinho. Sus primeros cuatro pases se fueron al limbo. Dejó un puñado de apariciones fulgurantes y fue protagonista de la jugada del 2-2, en la que progresó por la izquierda y, tras asociarse con Eto'o, lanzó un misil que Casillas despejó a pies de Messi. Sin embargo, su participación fue menor de la esperada, como viene siendo habitual en los últimos tiempos cuando de un partido de altos vuelos se trata.

- Van Nistelrooy. Ejecutó, quizá, su mejor actuación desde que llegó al Madrid. Más allá de los dos goles, que elevan su total en la Liga a 14, tuvo una participación desacostumbrada. Le ayudó, eso sí, el lío en el que en más de una ocasión se metió la defensa rival. Tuvo la victoria en sus pies, pero Víctor Valdés le sacó brillantemente tres disparos que se iban dentro.

- Thuram. Quedó retratado en el gol y fue víctima de una defensa de tres que fue una bendición para el Madrid. Atacó de mala manera el centro de Higuaín y dejó muerto el balón que Van Nistelrooy mandó dentro.

- Casillas. No hay portero en el mundo que se maneje mejor en el uno contra uno. Se vio en esa situación en dos ocasiones, ambas ante Eto'o, y logró sacarlas. De nuevo fue exigido más de la cuenta y tuvo que intervenir con mérito hasta seis veces. En su debe está que se venció para el lado equivocado en el primer gol de Messi, cuando éste, zurdo como es, disparó hacia su lado natural.

- Deco. Se borró sin disimulo. Estuvo fuera del partido y se jugó la expulsión en una dura entrada a Gago cuando ya tenía una amarilla. Su participación la resume un dato: no recuperó un solo balón.

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