_
_
_
_

Barcelona precintó 256 bares, restaurantes y salas en 2006

El Ayuntamiento de Barcelona precintó 256 locales de concurrencia pública en 2006, el 90% de ellos, bares y restaurantes. La Guardia Urbana y los servicios municipales de los distritos de la ciudad inspeccionaron 2.858 locales en 2006. Más del 80% de los locales inspeccionados son establecimientos que realizan actividades de bar o restaurante, mientras que otros 245 que también fueron revisados son bares musicales, discotecas y salas de fiestas.

De los 2.858 locales inspeccionados, 307 fueron revisados por el servicio nocturno de la Guardia Urbana. Entre estos locales estuvieron 28 locales recreativos, bingos y casinos, 2.319 bares y restaurantes, 21 cines, teatros y salas de conciertos, 245 bares musicales, discotecas y salas de fiestas, y 245 locutorios de la ciudad.

En cuanto al motivo del precinto, el 28% de los establecimientos cerrados -20 más que en 2005- incumplía el horario, el 23,3% tenía una actividad distinta de la autorizada y el 17,4% fue precintado por realizar una actividad sin licencia. Las infracciones por ruido fueron el 8,8% del total.

Eixample y Ciutat Vella

Hay establecimientos que han cometido más de una infracción o una combinación de ellas: incumplir el horario y superar los niveles de ruido o realizar una actividad distinta de la autorizada y hacer más ruido del permitido. El distrito del Eixample fue el que concentró un mayor número de precintos, con un total de 72 locales, frente a los 75 de 2005. En el caso de Ciutat Vella se cerraron 60 locales -89 en 2005-, en Sants-Montjuïc se precintaron 26, y 25 establecimientos en Gràcia. Un total de 19 locales fueron precintados en Nou Barris, frente a los 6 de 2005, 12 en Sant Andreu, 17 en Sarrià-Sant Gervasi, 7 en Les Corts, 2 en Horta-Guinardó y 16 en Sant Martí, de acuerdo con los datos facilitados por el gobierno municipal.

Assumpta Escarp, la concejal del distrito del Eixample, el que más ha sancionado y cerrado el año pasado, señaló ayer que esos datos demuestran que "las inspecciones y cierres afectan al conjunto de la ciudad, especialmente a los distritos en los que hay más concentración de establecimientos de concurrencia pública".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

La edil Escarp sostiene que el Ayuntamiento "aplica una política de control sobre este tipo de actividades", pero "no va al cierre de locales", aunque "sí exige el cumplimiento de la normativa", ya que "por encima de todo hay que respetar el descanso de los vecinos".

Sin embargo, en el mundo del espectáculo y la restauración se generaliza la sensación de que la política municipal se está escorando hacia el lado de los residentes y que cada vez aprieta más el cinturón a los locales nocturnos. El último cierre de La Paloma -por ruidos que molestan a los vecinos de los edificios colindantes- se pone como ejemplo del sector más crítico.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_