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Reportaje:

La policía 'irrumpe' en la universidad

Agentes municipales enseñan seguridad vial a los estudiantes de ingeniería que diseñarán las futuras carreteras

F. Javier Barroso

Ver uniformes de policía en la universidad madrileña resulta muy extraño. Pero en las últimas semanas se está convirtiendo en una imagen frecuente en la Politécnica. Un grupo de agentes, en una iniciativa pionera en Madrid, se encarga de formar a estudiantes de diversas ingenierías y de Educación Física a cómo reducir los accidentes de tráfico que tantas vidas se cobran en un año.

Los cursos duran 20 horas (dos créditos) y se distribuyen entre siete clases teóricas y tres visitas a centros municipales como la unidad de investigación de accidentes de la Policía Municipal, en la calle del Plomo (Arganzuela). "Nuestra idea es dirigirnos a los grupos de riesgos que más siniestros sufren, como los mayores de 65 años y los jóvenes con carné de conducir", explica la subinspectora responsable del proyecto, Rosa María García.

"Desde que estoy en el curso, voy más tranquilo al volante", afirma un estudiante

A los 40 alumnos, futuros ingenieros en su mayoría, se le enseña las características de los accidentes de tráfico que se producen en una gran ciudad como Madrid. Según explica uno de los monitores, las noches de los fines de semana y las vísperas de festivos son las horas más críticas en las que se producen más siniestros mortales. El prototipo de víctima oscila entre los 15 y los 25 años. "Suelen salir e ir a zonas de copas donde suelen beber alcohol y después, de forma irresponsable, se ponen al volante", añade el agente.

Los atropellos son los accidentes que más muertes causan en Madrid. Le siguen los choques a gran velocidad entre dos o más vehículos y, en tercer lugar, los siniestros en los que están involucrados motocicletas. "Uno de los puntos en los que hacemos más hincapié es que en nuestra ciudad algunas vías, como Doctor Esquerdo o la Castellana, son consideradas por los conductores como auténticas autopistas. Al ser muy anchas y con muchos carriles, a los conductores les da la sensación de que pueden ir mucho más rápido que los límites de seguridad", insiste un suboficial de la unidad de investigación de accidentes.

En el curso están inscritos futuros ingenieros de aeronáuticas, industriales, telecomunicaciones e informática, además de INEF, que acuden a clase las tardes de los martes y los jueves. El curso les ofrece dos créditos de libre configuración para su currículo. "Es el segundo curso que hacemos de estas características, dado que uno piloto que hicimos el curso pasado tuvo muy buena acogida. En unos meses empezaremos con Ciencias de la Información [Periodismo] y Medicina", añade Rosa María García.

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Los tres sectores son fundamentales por diversos motivos. Los ingenieros serán los encargados de diseñar las futuras vías y calles. Los periodistas y los médicos son creadores de opinión, lo que les confiere, en general, mucha influencia en la sociedad.

Pero, ¿por qué interesa estos cursos a los jóvenes? Las razones que ofrecen son varias. Para Pablo Marín, estudiante de Ingeniería Aeronáutica, de 19 años, es una forma de ver los accidentes de tráfico desde otro punto de vista. "Las explicaciones que nos han dado me han permitido saber que en el 99% de los casos los accidentes no son consecuencia de hechos fortuitos. Es algo que no se ve pero que está ahí", explica Marín. "Desde que voy a estas clases, voy mucho más tranquilo al volante", confiesa.Noemí Barreda, compañera de carrera de Marín, también de 20 años, añade que este curso le ha permitido acercarse a una realidad muy desconocida para la mayoría de los ciudadanos. "Cuando uno va por la calle es muy difícil que vea un accidente de circulación grave. Sin embargo, eso está ahí y con cursos como éstos uno se da cuenta de que son muchos y muy peligrosos los accidentes en una ciudad como Madrid", destaca Noemí.

Y es que las cifras de siniestralidad vial en la capital son importantes. Hasta el pasado martes, se habían registrado en las calles de Madrid 8.912 accidentes con heridos, que se habían cobrado las vidas de 47 personas. A eso se unen 954 heridos graves y 10.856 leves. La Policía Municipal había realizado unas 70.000 pruebas de alcoholemia, de las que el 7,4% (5.200) dieron un resultado positivo.

Y ahí de nuevo el mensaje del suboficial: "Ahora vienen fechas muy malas en las que se suele beber mucho alcohol. Mi consejo es que bebáis todo lo que queráis, pero dejad aparcado el coche o no os subáis a uno en el que el conductor haya bebido".

Pero los alumnos no asisten a clase de una manera pasiva, sino muy participativa. De hecho, alguno comenta un problema por diversos atropellos que se producen a la altura del número 12 de la avenida del Mediterráneo (Retiro). "¿No pueden poner un radar o limitadores de velocidad para acabar con tanto accidente?", pregunta el estudiante. Los agentes, que conocen el punto, saben que la zona no es un punto negro y que los peatones cruzan siempre por lugares indebidos. "No tiene fácil solución porque no puedes meter un coche radar y por allí pasan muchos autobuses, por lo que no se pueden poner badenes", concluye el agente.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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