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Reportaje:

La larga espera después de la diálisis

Enfermos de riñón aguardan hasta dos horas a la ambulancia que los devuelve a casa tras recibir tratamiento

"El otro día le cambié a mi hija el asiento del coche. Una cosita de nada: quitar cuatro tornillos... y he estado una semana hecho polvo, con hematomas y sin moverme de la cama". Juan Casado, de 45 años, es uno de los 5.000 madrileños que tiene unos riñones que no le sirven para nada. Sus defensas están muy bajas: recuperarse de cualquier esfuerzo le cuesta el triple que a cualquiera.

Este hombre se somete tres veces a la semana a un tratamiento de hemodiálisis en un centro concertado con el hospital Gregorio Marañón. Allí, como otros pacientes, Juan Casado se enchufa a través de dos agujas a una máquina durante tres o cuatro horas para que le retire el líquido que sus riñones son incapaces de expulsar y le filtre la sangre.

El problema, según denuncian Juan y otros enfermos renales crónicos, viene luego, cuando termina el tratamiento y deben volver a casa. La Comunidad de Madrid tiene un servicio de ambulancias que traslada gratis a los enfermos desde su casa hasta el centro hospitalario y viceversa. Pero hay algunos pacientes que tienen que esperar hasta dos horas. "Entramos a diálisis a las 8.00 y salimos sobre las 11.30 o 11.45. Pero la ambulancia no viene a buscarnos, como muy pronto, hasta las 13.30", cuentan Manuela Peña, de 40 años, y María Baldoví, de 59.

Ellas, como Juan Casado, viven en Vallecas y hacen su diálisis en un centro cercano al Gregorio Marañón. Para ellos, ese tiempo de espera se hace eterno. "Sales hecho polvo del tratamiento y encima te toca estar esperando horas", se quejan.

Varios trabajadores del servicio de ambulancia reconocen que están "saturados" y que normalmente hay demoras en el servicio. "Pero es por culpa del tráfico, no es cuestión de que metan más ambulancias si sigue habiendo tantísimo atasco", explica Luis Adán, uno de los conductores. "La ruta que va por los pueblos tarda menos que la que tiene que cruzar la capital", agrega un compañero.

El traslado con ambulancias se ofrece a través del Servicio de Urgencias Médicas de Madrid (Summa) del Gobierno regional, que, a su vez, lo tiene adjudicado a distintas empresas. A la hora de ofrecer una versión oficial sobre los retrasos, el Summa deriva a la Asociación para la Lucha contra las Enfermedades de Riñón (Alcer), con la que tienen firmado un convenio. "En julio de este año hubo una nueva adjudicación del concurso de ambulancias y eso ha rebajado los tiempos de espera a media hora", asegura Iluminada Martín-Crespo, presidenta de Alcer-Madrid. E insiste: "Los enfermos que se quejan de los retrasos pertenecen a un área sanitaria donde todavía no ha entrado en vigor el cambio de adjudicación. En cuanto entre en vigor, este mes, se notará el cambio a mejor".

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En la región hay 507 "ambulancias de transporte programado no urgente", que trasladan, en su mayoría, a pacientes de diálisis, aunque también a personas en tratamiento de rehabilitación. La Consejería de Sanidad ofrece la posibilidad a los pacientes de que, si la ambulancia se demora mucho tiempo, puedan pedir un taxi, que corre a cargo de la Administración pública. Pero, según varios afectados, el sistema no funciona: "Cuando ha pasado media hora de espera llamamos al Summa para decir que queremos un taxi y siempre nos dicen que la ambulancia ha sido pedida y que está al llegar. Y luego tardan dos horas".

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