Los etarras escritores
Los miembros de ETA detenidos vivían en una villa rural, donde tenían tres ordenadores, dos pistolas, detonadores y material para explosivos
Quézac se vende al mundo como una minúscula villa rural del siglo XVII, agraciada con un soleado microclima y una famosa agua mineral con gas. Ideal para esconderse. Tranquilidad, retiro y pocos vecinos. Hace algo más de un mes, los tres etarras detenidos el miércoles en esta localidad del departamento de Lozère habían valorado este pueblo retirado como un lugar seguro, donde lo único que les faltaba era una buena tapadera. Zigor Garro Pérez; su novia, Marina Bernadó Bonada, y Ekain Mendizabal Mugika habían dicho que eran escritores y que necesitaban alquilar la gite rural en la que vivían para avanzar en su obra.
Los terroristas habían alquilado una villa de piedra y pizarra, con una capacidad máxima para nueve personas y con un precio que oscila entre los 400 y los 800 euros por semana, según temporada, hacía algo más de un mes. Situada en un recodo del camino, la casa era difícil de vigilar y, además, gozaba de una amplia panorámica para controlar movimientos sospechosos.
Agentes de la policía española y francesa dieron con ellos, tras un seguimiento a la pareja (sobre todo a la mujer), que había dejado pistas de sus desplazamientos en los departamentos de Tarn y Cantal, pegados al de Lozère. Hace algo más de dos semanas, cuando se buscaba una acción de respuesta a ETA por el robo de pistolas en una armería próxima a Nimes, dieron con la casa. Al principio ignoraban cuántas personas había dentro.
Los agentes observaron que los terroristas siempre usaban un solo coche para sus desplazamientos, un Renault robado, que solía estar junto a la casa. Al primero que identificaron sin género de dudas fue a Zigor Garro Pérez, Tonino, donostiarra a punto de cumplir 31 años, quien, horas antes de ser detenido, había sido condenado en rebeldía a siete años de presidio como miembro del aparato logístico. Ahora era su jefe.
Tonino se formó en la kale borroka en 1997 y dos de sus hermanos han estado vinculados a ETA: Nerea por integrarse en el comando Madrid en 2000 y Lander, por terrorismo callejero. El hoy jefe de la logística ya estuvo preso hasta enero de 1998, cuando salió en libertad bajo fianza. Fue entonces cuando huyó a Francia, y desde 2000 se le situaba en el aparato logístico.
Zigor Garro era el objetivo principal, de quien se esperaba que se pudiesen obtener datos para aclarar el robo de las pistolas. Los investigadores consideran "muy importante" reventar los tres ordenadores portátiles que han sido hallados en la vivienda, en la que también han sido localizados durante el registro documentos en papel, varios detonadores, dos pistolas automáticas, una cantidad indeterminada de polvo de aluminio (imprescindible para fabricar los explosivos artesanales amonal y amosal) y otros materiales susceptibles de ser utilizados para la fabricación de bombas. Pero nada de las pistolas y los subfusiles checos con mira telescópica sustraídos en la armería Sidam, pese a que incluso se han hecho unas excavaciones alrededor de la gite.
Garro había entablado una relación sentimental con Marina Bernadó Bonada, mallorquina de 37 años, quien residió en Barcelona hasta agosto de 2001. Esta joven, ex empleada de una empresa que daba servicios a la Generalitat catalana, escondió en su casa en dos periodos (13 y 20 días) a quien entonces era considerado el jefe del comando Barcelona, Fernando García Jodrá.
Bernadó en todo momento supo que García Jodrá era de ETA, porque cuando éste se escondió en su casa llevaba consigo una pistola y fotos sobre seguimientos a posibles objetivos. De hecho, ella misma colaboró en seguimientos posteriores a dos personas para atentar contra ellas. La mallorquina huyó en agosto de 2001 a Francia y se enroló en ETA. Las fuentes consultadas indican que su dominio del francés y su origen mallorquín facilitaban los movimientos etarras.
El tercer detenido, Ekain Mendizabal Mugica, de 26 años, tiene una biografía similar a la de Garro, de quien se supone que era su lugarteniente. Hermano de Idoia Mendizabal, Ilargi, detenida en Francia en 2005 como supuesta integrante del comando Vizcaya, participó con ellas en actos de kale borroka entre 1996 y 1998. Ambos llegaron a dar una rueda de prensa ese último año para denunciar que la Ertzaintza les había maltratado psicológicamente durante su detención. En 2001 fue condenado por esos actos y huyó a Francia. Ya sabe que en Francia tiene que cumplir una condena de un año, más la que le queda en España por kale borroka y la que le va a caer por la actividad que desarrolló hasta el miércoles como falso escritor en Quézac.
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