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Reportaje:

El diseño de la resaca olímpica

El Museo de Artes Decorativas de Barcelona exhibe una selección de los trabajos de la generación de 1992

Desnudo, blando, fetiche, glocal (global+local) y reactivo. Son algunas de las 13 palabras clave, representativas de la sensibilidad de la generación de diseñadores posolímpicos, que dan el nombre a otros tantos ámbitos de la exposición Offjetos. Conceptos y diseños para un cambio de siglo, abierta en el Museo de las Artes Decorativas, en el palacio de Pedralbes, hasta el 15 de abril. La selección, realizada por Óscar Guayabero, reúne 104 piezas -tanto obras en producción como prototipos- de 70 diseñadores, como muestra de los más de 1.500 objetos que conforman la colección del Centro del Diseño, que se construirá en la plaza de las Glòries.

"Tal como indica su título, Offjetos quiere ir más allá del objeto y de la reflexión formal sobre el concepto de diseño", explica Guayabero, quien ha agrupado las piezas en 13 conceptos, uno por cada año que ha pasado desde aquel 1992 que, gracias a los Juegos Olímpicos de Barcelona y la Exposición Universal de Sevilla, lanzó el diseño español en el mundo.

La generación de diseñadores que surgió de aquella euforia, y que se tuvo que enfrentar a la crisis económica y la recesión que siguieron, combina la inventiva con el realismo, el sentido del humor y la ironía con la conciencia ecológica y social, el reciclaje con las tecnologías más sofisticadas. "La crisis económica y energética ha impulsado a los diseñadores a buscar nuevos territorios de expresión, a experimentar con materiales pobres y reciclados, y a incorporar a sus creaciones el humor y la memoria, y también a autoproducir sus piezas y difundirlas a través de canales no convencionales", señaló el comisario.

La exhibición alterna obras conceptuales, como la vivienda de emergencia de Martín Ruiz de Azúa, incluida en la colección de diseño del MOMA de Nueva York, con otras irónicas, como la Single pillow de María Pérez, o con objetos que han demostrado sobradamente su eficacia práctica, como el Flying carpet, una alfombra sofá de Ana Mir y Emili Padrós que superó con éxito el reto de ofrecer un espacio para el descanso a los agotados visitantes de la feria de arte contemporáneo Arco. La moda anglosajona del do it yourself (hazlo tú mismo) está representada por objetos como la Silicon Lamp de Stone Designs, mientras que el espíritu nómada y el anhelo de autosuficiencia toman la forma del Suite case, una falda maleta de Danae Esparza.

Entre las numerosas piezas que reflejan los ideales ecologistas y la apuesta por un diseño más respetuoso con el planeta y más relacionado con la naturaleza destacan Bios, la urna funeraria biológica de Gerard Moliné, donde las cenizas se convierten en abono para la semilla de una planta, y el huerto urbano para balcón de Marc Gispert, ambos comercializados con éxito.

La actitud desinhibida hacia el sexo y las relaciones interpersonales -representada por objetos como Kleensex, de Ana Mir, la sábana de un solo uso para trabajadores del sexo- ha sustituido la provocación por sí misma, de la que queda un vestigio en la bolsa de doble fondo de Yomango, una reinterpretación en clave intelectual chic de los "expropios" proletarios de la década de 1970.

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En conjunto, una selección con objetos, en su mayoría ya vistos en otras exposiciones, que abunda en la tendencia del diseño de autor, refugio creativo cuando la industria no responde o busca otras soluciones más prácticas, pero que funciona desde el punto de vista artístico y sirve de laboratorio para introducir innovaciones en el mercado.

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