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Crónica:Fútbol | Décima jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Sorpresa final de Llorente

El Valencia paga su carácter especulativo y el Athletic acaba empatando en el minuto 90

En el palco, la presidente del Athletic, Ana Urquijo, se cubrió la cara con la mano derecha. Le embargó una emoción inesperada e intensa. El joven Llorente acababa de empatar de cabeza en el minuto 90, cuando ya nadie lo esperaba. Fue una internada del veterano Etxeberria por la derecha. Un centro con la izquierda y el testarazo cercano a la línea de gol de Llorente. Etxebe hurgó en la inexperiencia de Cerra, el joven lateral izquierdo que cubría la baja de Moretti. A Quique, que pidió a gritos un refuerzo para esa banda ante la negativa de Carboni, se lo llevaban los demonios. El Valencia pagó caro su carácter especulativo. Su falta de ambición para cerrar los partidos. El Athletic empató con lo mínimo. El Valencia tampoco expuso demasiado. Su superioridad fue tibia. De poco sirvió así el notable partido del joven Silva, el único que ha asumido la responsabilidad en un equipo sacudido por las bajas.

VALENCIA 1 ATHLETIC 1

Valencia: Cañizares; Miguel, David Navarro, Ayala, Cerra; Joaquín (Angulo, m. 67), Albiol, Edu (Hugo Viana, m. 72), Silva; Villa (Baraja, m. 85) y Morientes. No utilizados: Butelle; Vicente, y Curro Torres.

Athletic: Lafuente; Murillo, Ustaritz, Sarriegui, Exposito (Llorente, m. 79); Orbaiz, Javi Martínez, Gabilondo (Amorebieta, m. 91); Yeste; Aduriz (Etxeberria, m. 72) y Urzaiz. No utilizados: Alcalde; Casas, Iturriaga, Doñabeitia, y Etxeberria.

Goles: 1-0. M. 43. Centro raso de Miguel desde la derecha que remata de primeras Morientes. 1-1- M. 90. Llorente cabecea un centro de Etxeberria.

Árbitro: Mejuto González. Amonestó a Cerra, Ustaritz y Orbaiz.

45.000 espectadores en Mestalla.

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Sarriugarte afiló la alineación con Yeste, Urzaiz y Aduriz. Este último actuó de falso interior derecho en vistas a aprovechar la presumible bisoñez de Cerra, el joven de la cantera que debutaba en Mestalla. Y sí, a la primera oportunidad Aduriz desbordó a Cerra y a éste no le quedó más que cazarlo antes de que entrara en el área. No sólo eso, sino que, tiempo después, Cerra volvió a cazar a Aduriz para tapar el fallo en el pase de Navarro. Se ganó una tarjeta muy merecida. Cerra, no obstante, supo resarcirse hasta el final, cuando claudicó ante la clase de Etxeberria.

Los pases al contrario se sucedieron. Tal vez debido a una identificación cromática. Se repetían los colores blanco y negro en los pantalones y en las calzas, aunque al revés, y eso nubló a muchos futbolistas cuando, en posesión de la pelota, miraban de reojo.

Desde que lesionó, coincidiendo con el susto que se llevó cuando pilló a unos ladrones robando en su casa, Edu ha bajado en varios peldaños su juego. Ha perdido la finura. Y eso lo paga el Valencia, que no tiene control sobre el juego. También porque a su acompañante en el centro del campo, Albiol, se le escapan las distancias y los tiempos en esa zona. Y se precipita en el desplazamiento del balón. Es un central, definitivamente. La recuperación de Baraja, que esperaba anoche en el banquillo, la saluda Quique con los brazos abiertos.

El Athletic acumuló media docena de faltas y córners a favor que mantuvieron en vilo a Quique. Y a Cañizares, que sacó con la rodilla un remate a cinco metros de Gabilondo. Alentado por la frescura y la clase de Silva, el Valencia comenzó a despertar cuando se acababa la primera parte. El pequeño extremo canario, recién convocado por Aragonés, se infiltraba entre líneas con la suavidad del viento, de modo que Sarriegui, para frenarlo, lo zancandilleó dentro del área sin que el árbitro lo advirtiera. La acción supuso un punto de inflexión. El Athletic se sintió vulnerable, mientras el Valencia se convenció de la superioridad de su pegada.

En ese contexto, Miguel y Joaquín se liberaron de los miedos que siempre coartan a los jugadores creativos, se deshicieron de varios contrarios e intercambiaron sus posiciones para encontrar el hueco decisivo. Joaquín abrió al extremo y el centro del primeras de Miguel lo remató Morientes como venía. Le salió un disparo débil pero colocado y con efecto al palo más alejado. El Moro celebraba a su manera la vuelta a la selección nueve meses después. Marcaba su quinto gol en la Liga -los mismos que Villa- y subrayaba el error de Aragonés al excluirlo de la convocatoria del último Mundial.

El Athletic elaboró poco y jugó mucho en largo. Sólo Gabilondo dejó algún pase excepcional. El Valencia salió muy confiado tras el descanso. Confiado de su pegada y en la escasa de su rival, que sólo supuso alguna amenaza en acciones a balón parado. El partido transcurría sin que pasara nada y el público comenzó a mosquearse. También porque Yeste entró en contacto con la pelota, lo que es sinónimo de peligro. Quique dio entrada a Angulo por Joaquín, a quien no le faltó el trabajo -empieza a cerrar mejor en labores defensivas-, pero sigue siendo insuficiente para su potencialidad. Nada mejoró con Angulo y, de pronto, la presidenta se tapó la cara. Llorente había descubierto oro.

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