¿Quién se adueñó del dinero?
Desaparecen 12.500 millones de guaraníes en el traslado de Francia a Paraguay
Entre los numerosos contenedores que se iban apilando en la bodega del buque Aliança Mauá en el puerto francés de El Havre el pasado 22 de septiembre había uno exactamente igual al resto con la numeración ECMU133767-7. Sólo algunas personas conocían el contenido: unos 93 millones de dólares en guaraníes, la moneda de Paraguay. Cuando la carga llegó a Asunción, luego de 28 días de travesía, cinco de las 200 cajas de billetes con 12.500 millones de guaraníes (unos dos millones de euros), habían desaparecido.
El Banco Central del Paraguay había encomendado la impresión de 10 millones de billetes de 50.000 guaraníes a la compañía francesa François-Charles Oberthur Fiduciaire, que fue la encargada de contratar el flete al consorcio brasileño-germano Aliança-Hamburg Süd, dueño del Aliança Mauá, de bandera alemana.
El Banco Central paraguayo había encargado la impresión de billetes a una empresa francesa
El contenedor fue descargado el 10 de octubre en Montevideo, donde se hizo un transbordo a una embarcación más pequeña para cubrir el tramo fluvial hasta Paraguay. Para entonces, el precintado ya estaba modificado, según informes proporcionados por los representantes paraguayos de la empresa francesa y su agencia de despachantes aduaneros.
De ser así, el robo se produjo en algún lugar entre El Havre y Montevideo. El Aliança Mauá, había hecho escalas en Río de Janeiro, Santos y Buenos Aires antes de llegar a la capital uruguaya. Nadie más que los autores sabe a ciencia cierta cómo se realizó el espectacular atraco, aunque cada persona en Paraguay tiene su propia teoría.
Sobre todo llama mucho la atención que se hayan enviado casi 100 millones de dólares en un contenedor convencional, sin tomarse las más mínimas medidas de seguridad, como si fueran latas de sardinas.
Cuando se abrió el contenedor y se constató el robo el 20 de octubre en Asunción, el Banco Central del Paraguay emitió un comunicado declarando los billetes nulos y sin valor. Pero para entonces es muy probable que los ladrones ya se hubieran desprendido del dinero sustraído.
Se especula con que el golpe pudo haberse perpetrado en el puerto de Santos, en el estado brasileño de São Paulo, vinculado geográfica y comercialmente a Paraguay. Si éste fuera el caso, y considerando que el buque estuvo allí el 5 de octubre, hubo tiempo suficiente para cambiar los billetes por otras monedas y distribuirlos en los dinámicos circuitos monetario-financieros de las zonas fronterizas entre Paraguay, Brasil y Argentina.
La cuestión es que los billetes, que tenían marcas especiales pero son muy parecidos a los de uso corriente, ya han aparecido en manos de comerciantes y particulares en ciudades fronterizas con Brasil, como Pedro Juan Caballero, Salto del Guairá y Ciudad del Este.
En Paraguay se ha ordenado una amplia investigación y la compañía francesa ha anunciado que hará averiguaciones paralelas. Mientras tanto, el escándalo continúa y amenaza con provocar la dimisión de la presidenta del Banco Central, Mónica Pérez.
El asunto ha generado no pocos problemas de tipo práctico en el comercio y las finanzas. Hay desconfianza en el uso de los cajeros automáticos por temor de los usuarios a recibir uno de estos billetes, también en las ventanillas de los bancos y en las tiendas. Algunas personas ya dicen que sería más barato asumir la pérdida, poner en circulación el resto de la partida y declarar válidos todos los billetes que persistir en la anulación, aunque el precedente sería funesto. La otra opción sería retirar todos los billetes de 50.000 guaraníes del mercado y reemplazarlos por otros de diseño y color distintos.
Existe la sospecha generalizada de que hay gente influyente de Paraguay involucrada. Para exacerbar aún más las suspicacias, el mes que viene hay elecciones para renovar autoridades de todos los ayuntamientos, y aquí a nadie se le escapa que los grandes golpes en este país casualmente siempre coinciden con épocas de campañas políticas.
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