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Reportaje:

Lluch en estado puro

Dos libros glosan la labor de Ernest Lluch, a los seis años de su asesinato

Al filo de los seis años de su asesinato, los amigos, colegas y discípulos de Ernest Lluch le rinden homenaje. Se publican dos libros sobre el profesor y político socialista. El primero, presentado ayer, es una recopilación bibliográfica de más de 2.000 trabajos publicados por él; y el segundo, que verá la luz el lunes, una miscélanea de su obra académica, política e investigadora a cargo de 50 expertos. Ambas obras están impulsadas por la Fundación Lluch, que preside el que fue su maestro, el catedrático Fabián Estapé, y el Consorcio que forman la UIMP y el Centro Ernest Lluch.

Los dos libros muestran que hay, hubo, muchos Lluch en un Lluch. Hubo un tiempo, siempre apasionado y al tiempo riguroso para cada Lluch, como decía ayer el profesor de la UB y amigo del político desaparecido, Francesc Roca. El joven delegado de curso en la dictadura más dura; el historiador de la Catalunya vençuda del segle XVIII...; el economista entusiasta en las primeras juntas del Círculo de Economía; el ministro socialista que generalizó la asistencia sanitaria; el profesor desplazado a Valencia; el rector innovador; el cátedro; el catalán fascinado por el País Vasco y por San Sebastián.

El consejero de Presidencia, Joaquim Nadal, ejerció ayer como el historiador que es para elogiar la labor del político asesinado. Ante familiares y compañeros de universidad, Nadal alabó desde la Catalunya vençuda... los trabajos de Lluch en Información Comercial Española o sus artículos en L'Avenç y Serra d'Or. "Recogía el pálpito de la calle. Lo quería saber todo de todas las épocas. Lo que hoy tenemos aquí es una imponente bibliografía". O como destacó Blanca Vilà, directora del consorcio UIMP-Centro Ernest Lluch, "su formación compacta, su curiosidad y la transversalidad positiva y rigurosa, no inútil, de su obra". O las loas de Lluís Maria de Puig, vicepresidente de la fundación Lluch que sustituyó a Estapé, afectado por una indisposición.

En sus memorias De tots colors, escritas poco antes del asesinato de Lluch, Estapé, que fue su profesor, dijo de él cosas importantes: que gracias a su decisión como ministro de Sanidad cinco millones de españoles pudieron acceder a la sanidad pública, que era "un hombre brillante de gran cultura y con un esfuerzo sistemático por incrementarla" y que "a su edad continúa siendo un hombre de amores sucesivos". Con fina pluma, Estapé apunta que Lluch -que combatió al SEU (el sindicato universitario único franquista) tuvo que pisar el Congreso para, en un pleno, soltar aquello ante el banco del Gobierno de UCD: "Hoy he entendido bien esto del banco azul; nunca lo había entendido, pero claro, unos vienen del banco y otros del azul".

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