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Un etarra amenaza al juez con pegarle "siete tiros" y arrancarle "la piel a tiras"

Estaba siendo juzgado por amenazas a Garzón, al que volvió a increpar e insultar

El etarra Iñaki Bilbao, especialista en amenazas a los jueces de instrucción de la Audiencia Nacional, bordó ayer su mejor actuación al amenazar al presidente del tribunal que le juzgaba por amenazas terroristas, Félix Alfonso Guevara, con arrancarle la piel a tiras y con pegarle siete tiros. En una representación que el fiscal definió como "patética y ridícula" Bilbao, que estaba siendo juzgado por amenazas al juez Baltasar Garzón, cubrió de insultos al tribunal y a Garzón, pateó el cristal de la cabina blindada y dijo que seguirá en la lucha "hasta que muera o me maten".

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El etarra Iñaki Bilbao no se anduvo por las ramas. Nada más entrar en la cabina blindada de de la Sala Antiterrorista para ser juzgado por amenazas terroristas al juez Garzón, golpeó con la mano abierta el cristal antibalas y le espetó al presidente del tribunal, Félix Alfonso Guevara: "Te voy a arrancar la piel a tiras, cabrón. Ven aquí si tienes huevos. El día que te eche mano te voy a meter siete tiros". El etarra acompañó su asertos fingiendo hacer disparos de pistola con la mano.

Guevara ordenó que le esposaran y después, ante la negativa del etarra a levantarse, ordenó a los policías que le pusieran en pie. Bilbao comenzó a dar patadas a los cristales y se resistió a los grilletes. Guevara se encendió y gritó a los policías: "Entre todos redúzcanle. ¿Es que no tienen fuerza entre todos?".

Fue el único momento en el que el temperamental presidente de la Sección Tercera Penal amagó con perder los estribos. El resto del proceso se mantuvo casi impertérrito ante el cúmulo de insultos que le dirigió el etarra.

Bilbao interrumpió casi cada frase del proceso con insultos, amenazas y fanfarronadas. en una secuencia que se prolongó todo el juicio:

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Presidente. Ignacio Bilbao Goicocechea, el Ministerio Fiscal le acusa de un delito de amenazas terroristas...

Bilbao. ¡Fascista!

P. ...y otro de daños, solicitando...

B. ¡Pelamangos!

P. ...por el primer delito, 12 años de prisión...

B. ¡Parásito!

P. ..y por la falta...

B. ¡Ven aquí!

El presidente le preguntó después si iba a contestar al fiscal y ante una nueva andanada de Bilbao, Guevara pulsó una tecla de desconexión del micrófono de la cabina blindada. Sin embargo, bien porque la conexión no funcionó, o porque al desconectar el sonido de ese micro no se oía en el espacio destinado al público pero tampoco en estrados, o bien porque el presidente decidió no anular el sonido para el público, lo cierto es que el sistema de audio siguió abierto. Bilbao, que se percató de la maniobra, profirió: "Abre eso, cabrón". Guevara insistió:

P. ¿Va a contestar a las preguntas del fiscal?

B. A tí te voy a dar siete tiros el día que te eche mano.

Y añadió:

B. Creo en la lucha armada, seguiré en la lucha armada hasta que me muera o me maten. Hasta la consecución de una Euskadi independiente, socialista y euskaldún...

El teniente fiscal de la Audiencia Nacional, Jesús Santos, leyó la acusación contra Bilbao por otra escena similar a la que se estaba desarollando. Aquella vez fue ante el juez Baltasar Garzón, cuando iba a tomarle declaración. Iñaki Bilbao pegó un puñetazo en su mesa y rompió una Cruz de Caravaca que tenía sobre su mesa. Entretanto, seguía interrumpiendo con insultos al presidente: "Enano, borracho, cabrón..." Después cambio de táctica y pidió abandonar la sala.

Pero Guevara, que pudo haberle expulsado por alterar el orden público, optó por no hacerle ni caso, lo que sobreexcitó aún más al etarra: "Acabaré contigo. Sois todos unos cobardes. Pienso cumplir lo que digo, lo cumpliré en cuanto pueda..."

El fiscal acabó de leer el escrito de acusación. Bilbao rechazó contestar al interrogatorio, y su defensor no formuló preguntas, como había convenido con el imputado. El juez Garzón fue llamado a testificar. Su presencia enconó aún más al etarra.

P. Ilustrísimo señor don Baltasar Garzón, jura o promete decir verdad...

B. ¡Otro fascista! ¡Perro, que no me olvido de tí, no...

Fiscal. En mayo del año...

B. Fascista, me cago en el kilómetro ciento cinco de tus cuernos, cabrón...

Bilbao siguió profiriendo improperios a cada frase del fiscal o de Garzón, que ni siquiera le dirigió una mirada.

B. Ahora me abres otro sumario... Gora borroka armatura [viva la lucha armada], para que te enteres tú y los tuyos...

Cuando Garzón terminó de explicar su anterior encuentro con Bilbao, éste le despidió con gritos de "fascista". El fiscal, impertérrito, modificó sus conclusiones y redujo los 12 años que pedía para Bilbao por amenazas terroristas a dos de cárcel.

Explicó que lo hacía por coherencia con la jurisprudencia de la Sala Penal, y porque una deficiente técnica legislativa no permite distinguir entre amenazas graves y leves, y la pena a imponer equipara la pena por amenazas a la de homicidio, y la considera totalmente inadecuada. Hasta a eso contestó el etarra: "Mantén los 12 años, qué dos años ni qué hostias..."

Respecto al comportamiento de Bilbao, el fiscal pidió que se dedujese testimonio para encausarle de nuevo por amenazas y desórdenes públicos y calificó su actuación de "patética y ridícula".

Como para darle la razón al fiscal, Bilbao le atizó una última patada al cristal, y repitió la perorata de que seguiría en la lucha hasta que muera o le maten. Salió entre los policías dando vivas "a la lucha armada".

El etarra Iñaki Bilbao, ayer en la Audiencia Nacional.
El etarra Iñaki Bilbao, ayer en la Audiencia Nacional.EFE

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